Las experiencias del cantante y compositor en Uganda aparecen en su nuevo álbum, "Sweeter."
El cantante y compositor Gavin DeGraw, de 35 años, está en la cima del mundo de la música pop desde que su álbum Chariot, de 2003, se convirtió en platino. Pero hace tres años, ese mundo empezó a parecerle demasiado pequeño. "Hay un momento, cuando te dedicas a la cultura pop, en el que piensas: 'Tengo que hacer algo más importante que esto'". dice DeGraw.
Una de las peores plagas del mundo le llamó la atención: la malaria. La malaria se puede prevenir y curar. Sin embargo, mata a unas 655.000 personas al año, la mayoría de ellas niños que aún no han desarrollado suficiente inmunidad a la enfermedad. Cada minuto de cada día, un niño africano muere de malaria.
DeGraw dice que "preguntó por ahí" sobre los esfuerzos relacionados con la malaria y se enteró de una campaña mundial de base llamada Nothing But Nets. Creada por la Fundación de las Naciones Unidas en 2006, el grupo regala mosquiteras recubiertas de insecticida para proteger a los niños de los mosquitos que pican por la noche y propagan los parásitos de la malaria.
"Un mosquitero cuesta unos 10 dólares. Cuatro niños pueden dormir bajo el mosquitero y están prácticamente a salvo", dice DeGraw. Para impulsar la causa, recientemente recaudó 5.000 dólares para la organización benéfica a través de un proyecto con la revista Billboard, que a su vez compró 500 mosquiteras.
El trabajo de DeGraw en Uganda
Pero DeGraw hizo algo más que comprar unas redes. Se unió a una misión de NBN/ONU que viajó a los campos de refugiados de Uganda, donde ayudó a distribuir las redes en los destartalados campamentos que albergan a más de 630.000 desplazados.
"Como músico en la carretera, crees que ves muchas cosas", dice. "Pero cuando ves a gente que vive en chozas hechas con restos de madera y matrículas viejas, te recuerda que aún no has visto nada"'.
La desesperada situación de los refugiados no fue lo único que vio DeGraw. "Por muchas cosas horribles que haya, también tienes la oportunidad de ver que hay algo hermoso en el nivel de humanidad que lleva la gente", dice. "Ves que la gente hace lo que puede para ayudar a los demás. Consigues ver los grandes elementos de la naturaleza humana"'.
La experiencia cambió su música. "Se traslada a la composición de las canciones", dice. "Existe la sensibilidad de haber tenido este brusco despertar a otro nivel de sufrimiento". Puede que por eso algunos críticos encuentren más textura y garra en el nuevo álbum de DeGraw, Sweeter, que en su anterior trabajo.
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