Alrededor de los 40 años, la glándula prostática empieza a crecer, lo que a menudo provoca problemas para orinar. El médico explica las causas y el tratamiento del agrandamiento de la próstata.
Sin embargo, a medida que se envejece, las cosas suelen cambiar.
Crecimiento de la próstata: Una parte normal del envejecimiento
A partir de los 25 años, la próstata del adulto comienza a agrandarse lentamente. Esta afección se denomina hiperplasia prostática benigna (HPB) y no tiene nada que ver con el cáncer.
No está claro por qué se produce el crecimiento. Lo que está claro, sin embargo, es que alrededor de los 50 años, muchos hombres comienzan a tener síntomas incómodos como resultado de este agrandamiento. Es posible que tengan que ir al baño con más urgencia y frecuencia, sobre todo por la noche, y cuando lo hacen, a menudo es difícil iniciar un chorro fuerte o vaciar la vejiga.
Esto ocurre porque la glándula prostática rodea la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga hasta el exterior a través del pene. Cuando la próstata crece, comprime ese conducto y eso dificulta la micción.
Si la situación es tan grave que no puedes orinar, es una emergencia médica. Acude a un servicio de urgencias o llama al 911 inmediatamente.
Crecimiento de la próstata y sexo
Los problemas urinarios causados por la HBP se conocen como síntomas del tracto urinario inferior, o STUI. Los hombres con STUI suelen tener problemas en el dormitorio.
La relación entre los STUI y los problemas sexuales no se comprende del todo. Pero muchos de estos hombres tienen un menor deseo sexual, problemas para mantener la erección y están menos satisfechos con el sexo. La depresión, la pérdida de sueño debido a los frecuentes viajes nocturnos al baño o alguna causa física relacionada pueden desempeñar un papel.
Cualquiera que sea la razón, cuanto peor sea el STUI, más problemas tendrá el hombre en el dormitorio. El STUI puede tratarse, así que consulte a un médico pronto, antes de que los síntomas causen un problema de vejiga o empiecen a estropear su vida sexual.
Cómo vigilar la próstata a medida que envejece
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común diagnosticado en los hombres. Detectar la enfermedad en sus primeras fases puede mejorar las posibilidades de supervivencia del hombre.
Cuando cumpla los 40 años, hable con su médico sobre su historial médico familiar y otros factores clave que le ayudarán a determinar su riesgo de desarrollar la enfermedad.
Si se somete a las pruebas, es probable que le hagan un tacto rectal y una prueba de PSA, una extracción de sangre que mide sus niveles de antígeno prostático específico (PSA). Los niveles elevados de PSA pueden indicar la existencia de un cáncer, pero también pueden estar causados por otras enfermedades, como la HBP. Hable con su médico para asegurarse de que entiende lo que significan los resultados.
Cómo afrontar el crecimiento de la próstata
Algunos hombres no notan ningún síntoma de crecimiento de la próstata. Sin embargo, para los muchos que sí los notan, los tratamientos pueden facilitar el proceso de orinar.
Cambios en el estilo de vida:
Reduzca o elimine el alcohol y el café, y beba menos líquido por la noche. Ambas estrategias pueden reducir el número de visitas al baño. Además, hable con su médico sobre sus medicamentos actuales. Algunos fármacos pueden empeorar los síntomas.
Medicamentos:
La FDA ha aprobado varios medicamentos para el crecimiento benigno de la próstata, que ayudan a frenar el crecimiento, a reducir la próstata o a relajar los músculos que facilitan la micción. Algunos hombres pueden beneficiarse de una combinación de medicamentos.
Cirugía:
Para los hombres que no se benefician de los medicamentos, hay muchos tipos de cirugía que ofrecen alivio. Algunas son mínimamente invasivas, otras son más complicadas. La más común, denominada RTUP (resección transuretral de la próstata), elimina el tejido prostático que comprime la uretra. La RTUP puede provocar una eyaculación retrógrada, una situación en la que el semen entra en la vejiga en lugar de salir por la uretra. Es inofensiva, pero... puede conducir a la infertilidad masculina.