Una ecografía testicular permite a su médico encontrar la causa del dolor y la inflamación en sus testículos.
Su médico puede solicitar esta prueba si tiene dolor o hinchazón, o si tiene una masa en el escroto. Las imágenes de la prueba les ayudarán a detectar patrones que podrían indicar la existencia de un cáncer. También pueden revelar si tiene un quiste (saco lleno de líquido), una turma o una torsión. Una ecografía también puede servir para diagnosticar un cáncer testicular o problemas de flujo sanguíneo en el escroto.
Qué ocurre durante la prueba?
El procedimiento se realiza en la consulta del médico o en la clínica. Es indoloro y debería durar unos 30 minutos.
Se tumbará de espaldas en una mesa de exploración. Un técnico le aplicará un gel caliente a base de agua en el escroto. Presionará un pequeño instrumento parecido a una varilla (llamado transductor) contra el escroto y lo moverá por la piel. No duele, pero puede sentir presión.
Las ondas sonoras pasan de la piel al transductor. Las imágenes de sus testículos aparecerán en una pantalla de ordenador. Un radiólogo las revisará después de la ecografía.
Podrá retomar sus actividades normales inmediatamente después.
¿Qué pasa con mis resultados?
Un radiólogo examinará las imágenes de la ecografía y enviará un informe a su médico de cabecera. Le llamarán para explicarle los resultados.
Dependiendo de lo que encuentre su médico, puede pedir un examen de seguimiento o pruebas de imagen adicionales, como una resonancia magnética.
Si la ecografía muestra que tiene una masa sólida, su médico puede recomendar más pruebas o una intervención quirúrgica.