A continuación, le presentamos algunas pruebas pulmonares que su médico puede realizar para averiguar la causa de sus problemas respiratorios.
Algunas miden la cantidad de aire que inhalas o exhalas o la cantidad de oxígeno que pasa de tus pulmones al resto del cuerpo, mientras que otras pueden mostrar si tienes una infección u otro problema que te impide respirar bien.
Pruebas sencillas
Espirometría
. Es la prueba pulmonar más sencilla y común. Usted inhala y exhala tan fuerte como puede a través de un tubo, y su médico mide cuánto aire entra y sale de sus pulmones. Puede ayudar a diagnosticar enfermedades que afectan a la cantidad de aire que pueden contener los pulmones, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Durante esta prueba, el médico puede administrarle medicamentos para abrir las vías respiratorias y ayudarle a respirar con más facilidad.
Prueba de provocación. Su médico le hará primero una espirometría y luego le pedirá que inhale un aerosol de un fármaco llamado metacolina, que puede irritar sus vías respiratorias y hacerlas más estrechas. El médico le hará otra espirometría para ver cómo afecta el spray a su respiración. Repetirá esta operación con pequeñas dosis hasta que empiece a tener sibilancias o a sentir que le falta el aire. Su médico puede darle un medicamento para abrir de nuevo las vías respiratorias. Esta prueba puede servir para descartar el asma.
Si su médico cree que tiene una enfermedad llamada asma inducida por el ejercicio, puede realizar una versión similar de esta prueba llamada prueba de esfuerzo. En lugar de la metacolina, el médico le pedirá que utilice una cinta de correr o una bicicleta estática y verá cómo esa actividad física afecta a su respiración.
Prueba FeNO. Con esta prueba, usted sopla lenta y constantemente en un dispositivo, y éste mide la cantidad de óxido nítrico que hay en el aire que exhala. Se utiliza con personas que tienen ciertos tipos de asma para ver si hay alguna inflamación en sus pulmones y si los esteroides están funcionando bien para controlar la inflamación.
Medición del flujo máximo. Se utiliza un pequeño dispositivo de plástico para ver la cantidad de aire que se puede expulsar de los pulmones. Se respira profundamente y luego se exhala lo más rápido y fuerte posible. Se utiliza sobre todo en personas con asma, una enfermedad que estrecha los conductos de aire que llevan a los pulmones. La prueba compara cada resultado con su mejor lectura. Una cifra superior al 80% de su mejor resultado es buena; una cifra inferior al 50% significa que debe buscar ayuda de inmediato. Esta prueba puede avisar con antelación de un ataque de asma.
Oximetría de pulso, o pulse ox. Esta prueba utiliza un dispositivo que mide la cantidad de oxígeno que transportan sus glóbulos rojos. El dispositivo suele colocarse en la yema del dedo, pero puede colocarse en la nariz, el pie, las orejas o los dedos del pie. Los resultados se muestran en forma de porcentaje, siendo un buen resultado más del 90%. Si las cifras son inferiores al 90%, el médico puede administrarle oxígeno para ayudarle a respirar.
Pruebas avanzadas
Pletismografía.
De esta forma, el médico podrá medir con mayor exactitud la cantidad de aire que pueden contener sus pulmones. Se sentará en una cabina con una pinza que le mantendrá la nariz cerrada mientras respira a través de una boquilla. Esto puede indicar a su médico si sus vías respiratorias se han estrechado o hasta qué punto un problema actual como el asma o la EPOC ha afectado a su respiración. También puede ayudar a su médico a decidir qué medicamentos necesita o si podría necesitar una intervención quirúrgica.
Prueba de capacidad de difusión. Mide la capacidad de los pulmones para pasar oxígeno a la sangre. Usted inspirará y espirará a través de un tubo durante varios minutos, y su médico puede tomar una muestra de sangre para ayudar a calcular los resultados. Esta prueba puede mostrar si sus pulmones están dañados o si tiene problemas de flujo sanguíneo.
Pruebas de imagen
Radiografía de tórax. Se puede utilizar para buscar problemas como la neumonía, una infección que hace que se acumule líquido en los pulmones. También puede ayudar a diagnosticar el cáncer o la acumulación de tejido cicatricial en los pulmones, conocida como fibrosis pulmonar.
Tomografía computarizada (TC) o tomografía por emisión de positrones (PET). Se trata de pruebas de imagen más avanzadas que pueden utilizarse para detectar problemas que una radiografía no podría detectar hasta que estuvieran más avanzados, como el cáncer. Un TAC es una serie de radiografías tomadas desde distintos ángulos que se unen para obtener una imagen más completa. La TEP utiliza un tinte especial que permite al médico ver partes del cuerpo con mayor claridad.
Ecografía torácica. Utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para obtener una imagen de los pulmones. Puede ayudar al médico a ver si hay acumulación de líquido en los pulmones o alrededor de ellos.
Angiograma pulmonar. Es un tipo de tomografía computarizada que se centra en las arterias pulmonares, los vasos sanguíneos que conectan el corazón y los pulmones. Se utiliza para detectar un coágulo sanguíneo potencialmente mortal en los pulmones, conocido como embolia pulmonar.
Pruebas invasivas
Broncoscopia.
Su médico deslizará un pequeño tubo con una cámara en el extremo dentro de sus vías respiratorias. La cámara les permite observar el interior de esas vías en busca de elementos como mucosidad, sangre o tumores. Antes de la prueba, se le administrará un medicamento para adormecer las vías respiratorias y es posible que reciba oxígeno durante la prueba. Es posible que después le duela la garganta. El broncoscopio también puede recoger pequeñas muestras de tejido para su análisis. Esto se conoce como biopsia, y se suele utilizar para buscar enfermedades como el cáncer.
Mediastinoscopia.
Se utiliza una herramienta similar para observar el espacio entre los lóbulos pulmonares derecho e izquierdo detrás del esternón. Pero los médicos tienen que hacer un pequeño agujero en el pecho para colocar el dispositivo. Por ello, se le administrará un medicamento para que duerma durante el procedimiento. Suele hacerse para extraer los ganglios linfáticos y buscar signos de cáncer que se haya extendido desde los pulmones. Esto puede ayudar a los médicos a determinar la mejor manera de tratar la enfermedad.
Biopsia pleural: los pulmones están rodeados por una capa de tejido llamada pleura, y algunos problemas de salud pueden hacer que se acumule líquido en el espacio entre la pleura y los pulmones. Si ese es el caso, esta prueba puede ayudar a su médico a averiguar cuál es la causa. La biopsia pleural suele utilizar una aguja para obtener una muestra de tejido. La aguja se introduce en el pecho, entre las costillas de la espalda. Su médico le dará un medicamento para adormecer la piel alrededor de ese lugar antes de la prueba.