El diagnóstico y el tratamiento del cáncer de pulmón están cambiando. Conozca lo último y lo mejor.
TAC de baja dosis
Una de las cosas que hace que el cáncer de pulmón sea peligroso es el hecho de que los síntomas no suelen aparecer hasta que la enfermedad está en una fase avanzada. Ahora los médicos pueden detectar el cáncer de pulmón en personas con alto riesgo de padecerlo mediante lo que se conoce como tomografía computarizada de baja dosis (LDCT).
Dura unos 15 minutos y emite aproximadamente la misma cantidad de radiación que una mamografía.
Las investigaciones demuestran que el riesgo de morir por la enfermedad de las personas que se sometieron a la LDCT se redujo en un 16% frente a las que se sometieron a radiografías de tórax.
La prueba se recomienda a las personas de 55 a 74 años que hayan fumado uno o más paquetes de cigarrillos al día durante al menos 30 años y sigan fumando o lo hayan hecho en los últimos 15 años.
Cirugía torácica asistida por vídeo (VATS)
Los médicos pueden tratar algunos tumores pulmonares pequeños mediante esta operación. El cirujano extrae partes del pulmón a través de incisiones más pequeñas. Esto hace que el procedimiento sea menos doloroso. También puede hacer que su recuperación sea más rápida.
Un enfoque más reciente de la VATS es la cirugía asistida por robot. El cirujano se sienta en un panel de control dentro del quirófano para maniobrar instrumentos quirúrgicos largos mediante brazos robóticos.
Radioterapia guiada por imágenes
Las máquinas con escáneres de imagen incorporados permiten a su médico administrar la radiación con mayor precisión. Pueden tomar imágenes de su pulmón y ajustar su objetivo justo antes de administrarle la radiación. Es una forma de centrarse en su cáncer. También puede provocar menos efectos secundarios.
Tratamientos basados en la inmunidad
También conocido como inmunoterapia, puede hacer que su sistema inmunitario reconozca y destruya mejor las células cancerosas. Hay un par de tipos diferentes:
Inhibidores del punto de control:
Parte del trabajo del sistema inmunitario consiste en no atacar a las células normales del organismo. Para ello utiliza los llamados puntos de control, moléculas que deben activarse o desactivarse para desencadenar una respuesta inmunitaria. A veces, las células cancerosas utilizan estos puntos de control para evitar ser atacadas por el sistema inmunitario.
Pero cuatro fármacos, atezolizumab (Tecentriq), durvalumab (Imfinzi), nivolumab (Opdivo) y pembrolizumab (Keytruda), se dirigen a estos puntos de control y, básicamente, frenan el sistema inmunitario para que pueda atacar mejor.
Anticuerpos monoclonales:
Fabricadas en laboratorio, estas moléculas se dirigen a señales específicas, llamadas antígenos, que se encuentran en los tumores. Ejemplos utilizados para tratar el cáncer de pulmón son el bevacizumab (Avastin) y el ramucirumab (Cyramza).
Tratamientos dirigidos
Los científicos han aprendido que las personas con combinaciones genéticas específicas pueden beneficiarse de terapias dirigidas como los bloqueadores del EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico). afatinib (Gilotrif), amivantamab-vmiw (Rybrevant), erlotinib (Tarceva), gefitinib (Iressa), necitumumab (Portrazza) y osimertinib (Tagrisso) bloquean una señal que indica a las células que deben crecer.
Se ha descubierto que los fármacos alectinib (Alecensa), brigatinib (Alunbrig), certinib (Zykadia) y crizotinib (Xalkori) ayudan a tratar ciertos cánceres con una alteración en el gen ALK. Algunos de estos fármacos también se utilizan para tratar los tumores con un cambio en el gen ROS1. El dabrafenib (Tafinlar) y el trametinib (Mekinist) se dirigen a ciertas proteínas de los tumores que presentan cambios en el gen BRAF. El sotorasib (Lumakras) se dirige a los tumores con cualquier mutación de KRAS.
Quimioterapia
Aunque muchos estudios se centran en la búsqueda de nuevas formas de tratar el cáncer de pulmón, los investigadores siempre están buscando nuevos fármacos quimioterapéuticos o mejoras en los existentes.