Diagnóstico y tratamiento del linfoma no Hodgkin

Aprende más sobre el diagnóstico y el tratamiento del linfoma no Hodgkin de la mano de los expertos de doctor.

Cómo entender el linfoma no Hodgkin: diagnóstico y tratamiento

Cómo se diagnostica el linfoma no Hodgkin?

El linfoma no Hodgkin se diagnostica mediante una biopsia de tejido. Si hay un ganglio linfático agrandado e indoloro, sin infección, será necesario realizar una biopsia.

Para realizar una biopsia de los ganglios linfáticos, el médico cortará en el ganglio para extraer una muestra de tejido o extraerá todo el ganglio linfático. Si la biopsia muestra que se trata de un linfoma no Hodgkin, será necesario realizar más pruebas para determinar el tipo específico y el estadio de la enfermedad. Dependiendo de sus síntomas específicos, el tipo de linfoma, su lugar de origen y los resultados de la biopsia, necesitará algunas o todas las pruebas siguientes:

  • Análisis de sangre

  • Biopsia de médula ósea

  • Radiografía de tórax

  • Tomografía computarizada (TC) de cuello, tórax, abdomen y pelvis

  • Punción espinal (punción lumbar), dependiendo del tipo, estadio y localización del linfoma no Hodgkin

  • Gammagrafía PET

  • Serie gastrointestinal superior y radiografías del intestino delgado

  • Endoscopia del tracto gastrointestinal superior

  • Resonancia magnética para un linfoma espinal o epidural

  • Ecografía testicular para evaluar el testículo opuesto en busca de un sitio primario de linfoma testicular

  • Examen de cabeza y cuello

Se enviarán muestras de tejido para realizar pruebas que permitan clasificar el tipo de linfoma no Hodgkin.

Estas pruebas proporcionan información importante que ayuda a determinar el mejor tratamiento para el tipo de linfoma no Hodgkin diagnosticado. Se designará un estadio para describir la extensión de la enfermedad.

Cuáles son los tratamientos para el linfoma no Hodgkin?

En el caso del linfoma no Hodgkin, los tratamientos se basan en el tipo de linfoma no Hodgkin diagnosticado, su estadio y los síntomas presentes, si los hay. El objetivo del tratamiento es erradicar el linfoma causando el menor daño posible a las células normales para minimizar los efectos secundarios del tratamiento. Hable con su médico sobre cualquier efecto secundario relacionado con el tratamiento.

Los tratamientos más comunes para el linfoma no Hodgkin incluyen:

  • Quimioterapia (medicamentos)

  • Radiación

  • Inmunoterapia, incluidos los anticuerpos monoclonales

  • Inhibidores de la tirosina quinasa

  • Trasplante de células madre

  • Cirugía, en casos raros

Estos tratamientos pueden utilizarse en combinación o solos, dependiendo del tipo, el estadio y los síntomas del linfoma no Hodgkin

Prevención del linfoma no hodgkiniano

Dado que la mayoría de las causas del linfoma no Hodgkin son desconocidas, se conocen pocas formas de prevenirlo. Los investigadores están estudiando la prevención de las infecciones que se han asociado al linfoma no Hodgkin, como el HHV-8, el VIH, el HTLV-1 y el H. pylori. Evitar la exposición a determinadas sustancias químicas, como el plomo, el arsénico, los pesticidas, el cloruro de vinilo y el amianto, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar un linfoma no hodgkiniano. El uso de equipos de protección adecuados en el trabajo y en el hogar es importante si existe la posibilidad de exposición a estas sustancias químicas.

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