Cómo proteger tu sistema inmunitario cuando tienes un linfoma de células B

El linfoma de células B y sus tratamientos pueden debilitar tu sistema inmunitario y aumentar el riesgo de infección. Aprende formas de evitar enfermarte mientras estás en tratamiento contra el cáncer.

El linfoma de células B y el tratamiento que recibes por él pueden debilitar tu sistema inmunitario, es decir, la defensa de tu cuerpo contra los gérmenes. Pero hay medidas sencillas que puedes tomar para ayudarte a protegerte de las infecciones.

Por qué tu resistencia es menor con el linfoma de células B

Las células B son un tipo de glóbulo blanco que ayuda a tu cuerpo a combatir los gérmenes. Si tienes un linfoma de células B, estas células inmunitarias son anormales y no pueden protegerte tan bien.

Cuando los tratamientos, como la quimioterapia y los trasplantes de células madre, destruyen las células del linfoma, también dañan la parte de la médula ósea donde se fabrican las nuevas células inmunitarias. Esto te deja con menos células inmunitarias para protegerte de los gérmenes.

Tu sistema inmunitario se recuperará en los meses siguientes a la finalización del tratamiento. Mientras tanto, el médico puede prescribirte antibióticos para evitar que enfermes.

Lávate

Cada vez que tocas superficies comunes como las encimeras o los pomos de las puertas, los gérmenes se suben a tus manos. Luego, cuando te tocas los ojos, la nariz o la boca, esos gérmenes viajan directamente a tu cuerpo.

Para eliminar los gérmenes, lávate las manos con agua caliente y jabón. Sobre todo haz esto:

  • Antes de cocinar o comer alimentos

  • Después de ir al baño

  • Cuando tose, estornuda o se suena la nariz

  • Después de tocar objetos públicos como pomos de puertas o pasamanos

Lleve consigo un desinfectante de manos a base de alcohol para los momentos en que no pueda encontrar agua y jabón.

Dúchate o báñate con agua tibia todos los días. Presta especial atención a las zonas donde se acumula el sudor, como las axilas, la ingle y la planta de los pies.

Lávate muy bien después de defecar. Utiliza un par de guantes desechables para limpiar el pañal de un bebé o cuando recojas los desechos de una mascota.

Evita a las personas enfermas

Aunque no puedes esconderte de todos los virus y bacterias, puedes reducir la frecuencia con la que estás cerca de ellos.

Intenta mantenerte alejado de cualquier persona que tosa o estornude. Evita los lugares con mucha gente, como los cines, los restaurantes concurridos y los parques temáticos. Mantente también alejado de las piscinas y los jacuzzis, donde los gérmenes se propagan con facilidad.

No compartas objetos personales como vasos, utensilios y cepillos de dientes con nadie, ni siquiera con personas que parezcan sanas.

Manténgase al día con las vacunas

Pregunta a tu médico qué vacunas necesitas y cuándo debes ponértelas. Las vacunas te protegerán de las enfermedades, pero no todas son seguras para las personas con linfoma. Evita las vacunas elaboradas con virus vivos o bacterias, como los aerosoles nasales contra la gripe y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).

Dado que tu sistema inmunitario es más débil, existe la posibilidad de que estas vacunas te enfermen. La vacuna antigripal es segura para las personas con linfoma porque está hecha de virus de la gripe muertos.

Es posible que tenga que vacunarse unas semanas antes o después del tratamiento del cáncer. Para que las vacunas funcionen, su sistema inmunitario debe responder a ellas. La quimioterapia y otros tratamientos pueden reducir tanto su respuesta inmunitaria que la vacuna no le protegerá.

Tus amigos y familiares pueden ayudarte a mantenerte a salvo de los gérmenes. Asegúrate de que todos los que te rodean están al día con sus vacunas para que no te infecten.

Intenta evitar los rasguños y las rozaduras

Las bacterias pueden entrar en tu cuerpo a través de las heridas abiertas. Intenta no cortarte, rasparte o hacerte mellas en la piel. Ten cuidado cuando uses cuchillos, tijeras y herramientas afiladas.

También puedes mantenerte a salvo si sigues estos consejos a la hora de cuidar tu piel, tus uñas y tus dientes:

  • Utiliza una afeitadora eléctrica en lugar de una cuchilla.

  • Córtate las uñas de las manos y de los pies en línea recta, y no las dejes demasiado cortas.

  • Prescinde de las manicuras y pedicuras de los salones de belleza.

  • Cepíllate los dientes con un cepillo suave.

  • Pregunte a su médico si es seguro que utilice el hilo dental.

  • No te escarbes ni revientes los granos.

Si te cortas, lava la zona con agua tibia y jabón. Luego ponte un antiséptico en la piel.

Lavar y cocinar los alimentos

Las frutas y verduras crudas pueden tener gérmenes en su exterior. Lávalas con agua y jabón, aunque tengan cáscara. O cocínalas antes de comerlas.

Asegúrate de que la carne, las aves, los huevos y el pescado se calientan por completo.

Evite los alimentos de riesgo para las personas con un sistema inmunitario débil, como:

  • Quesos blandos como el Brie, el Stilton y el Camembert.

  • Leche y zumos no pasteurizados

  • Embutidos ahumados como el salami y el jamón

  • Ensaladas preenvasadas, y alimentos de las barras de ensalada

  • Miel cruda

Trata bien a tu cuerpo

Todo tu cuerpo, incluido tu sistema inmunitario, funciona mejor cuando lo cuidas bien. Lleva una dieta bien equilibrada. Descansa más para ayudarte a recuperarte del tratamiento.

También puedes ayudarte a ti mismo haciendo que tu vida sea menos tensa. El estrés reduce el número de glóbulos blancos que combaten las infecciones.

Para frenar el estrés, prueba técnicas de relajación como la meditación, el yoga y la respiración profunda. También puedes trabajar con un terapeuta o consejero para controlar los acontecimientos estresantes de tu vida.

Esté atento a los signos de infección

Enfermarse puede ser más arriesgado cuando se tiene cáncer. Informe a su médico de inmediato si tiene síntomas como:

  • Fiebre de 100,5 F o más.

  • Escalofríos

  • Diarrea

  • Tos

  • Dolor de garganta

  • Ardor al orinar

  • Flujo inusual de la vagina

  • Enrojecimiento, dolor o hinchazón alrededor de un corte o llaga

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