Mantener la salud con el VIH requiere un esfuerzo, pero las medidas adecuadas pueden ayudarte a mantener a raya otros problemas de salud.
Hace 15 años, Michael Stacey entró en la consulta de un médico para averiguar por qué su psoriasis seguía empeorando hiciera lo que hiciera. Una semana más tarde, tuvo la respuesta: No sólo era seropositivo, sino que tenía SIDA.
En aquella época todavía daba mucho miedo, y todavía había muchas incógnitas sobre la eficacia de los medicamentos, dice Stacey, de 50 años, de Madison, WI.
Stacey no tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba siendo seropositivo, pero probablemente había pasado un tiempo. Eso significaba que el virus, sin tratar, había tenido tiempo de hacer algún daño.
La gran mayoría de las personas comienzan la terapia después de muchos meses o años de infección por el VIH, dice el doctor Steven Deeks, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. Incluso con los regímenes [farmacológicos] modernos, hay pruebas bastante claras de que el sistema inmunitario sufre un golpe.
Aunque los medicamentos de hoy en día funcionan mejor que nunca y son seguros, Stacey y muchas otras personas con VIH, especialmente las que llevan mucho tiempo con el virus, tienen más posibilidades de sufrir otros problemas de salud, como cáncer, enfermedades cardíacas, infecciones y problemas de pensamiento, atención y memoria.
Las personas con la enfermedad también tienen todos los problemas habituales que conlleva el envejecimiento, como el debilitamiento de los huesos, pero a una edad más temprana, dice el doctor Ryan P. Westergaard, experto en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin.
Pero es posible evitar o retrasar estas complicaciones de salud, incluso si se diagnostica tarde.
Stacey empezó el tratamiento -27 pastillas al día- de inmediato. Luego se propuso dejar de fumar, comer más sano, hacer ejercicio y, lo más importante, tomar siempre su medicación (ahora sólo una pastilla al día).
No hay una fórmula mágica, ni un tratamiento específico para revertir los daños del retraso en el diagnóstico, dice Westergaard. Tenemos que hacer todo lo que sabemos hacer en materia de atención sanitaria preventiva y estar atentos.
Hágase la prueba
Tu mejor defensa contra las complicaciones del VIH es hacerte la prueba.
Lo más importante para todos es no tener el VIH sin tratar, dice Westergaard.
Con suerte, te diagnosticarán y tratarán a tiempo, pero incluso si no lo haces, puedes reducir las posibilidades de tener problemas de salud en el futuro.
Los expertos recomiendan que todas las personas de 13 a 65 años se hagan la prueba del VIH.
Toma tus medicamentos
Probablemente lo más importante que puedes hacer es tomar tus medicamentos para el VIH según las indicaciones. Eso significa todos los días, sin saltártelos. Esto te ayudará a evitar problemas de salud y a asegurarte de que tus medicamentos sigan funcionando. Cuando te saltas las dosis, das al virus la oportunidad de cambiar de forma que los medicamentos sean menos eficaces.
Hoy en día, los medicamentos para el VIH son más fáciles de tomar que nunca, gracias a las píldoras que se toman una vez al día y que tienen menos efectos secundarios.
Acude a las citas médicas con regularidad
Las revisiones periódicas pueden ayudarle a controlar la tensión arterial y el colesterol, dos factores clave para evitar las enfermedades cardíacas. Estas medidas preventivas son aún más importantes para las personas con VIH, dice Westergaard.
Tu médico también puede asegurarse de que recibas las vacunas que necesitas contra virus como la gripe y la hepatitis A, B y C. Estas infecciones son una amenaza mayor para las personas con VIH, ya que su sistema inmunitario es más débil.
Tu dentista también es una parte importante de tu atención al VIH: puede ayudarte a evitar las infecciones y evitar que pierdas los dientes. Stacey perdió todos sus dientes a causa del VIH (ahora lleva dentadura postiza). Una atención dental temprana podría haberlo evitado.
No fumes
En cuanto le diagnosticaron la enfermedad, Stacey decidió que era el momento de dejar su hábito de fumar durante dos décadas y dos paquetes al día. Le costó un tiempo, pero al final lo consiguió, y eso es bueno. Las personas con VIH son más propensas a fumar y a padecer los problemas de salud que provoca, como el cáncer de pulmón, las enfermedades cardíacas y la neumonía.
Un cigarrillo es malo para todo el mundo, pero especialmente malo para alguien con VIH, dice Deeks.
Lo mismo ocurre con las drogas recreativas como el éxtasis.
Presta atención a la dieta y al ejercicio
Si tienes el VIH, procura consumir menos grasa, azúcar y sal y más productos frescos, cereales integrales y carne magra. Estos buenos cambios en la dieta también te ayudarán a mantener un peso corporal saludable.
La otra mitad de un estilo de vida saludable es el ejercicio regular. Haz ejercicios que fortalezcan tus músculos, como levantar pesas o hacer flexiones, abdominales y otros movimientos que utilicen tu propio peso corporal. Las personas con VIH pueden perder masa muscular, por lo que estos ejercicios son fundamentales. Añade también ejercicios que pongan en marcha tu corazón: caminar, nadar, bailar o incluso trabajar en el jardín pueden servir.
Practica el sexo seguro
Es importante no sólo proteger a tus parejas sexuales, sino también asegurarte de no contraer ninguna otra enfermedad de transmisión sexual que pueda perjudicar tu salud.
Buscar apoyo
Para Stacey y muchas otras personas, un diagnóstico de VIH puede tener un coste emocional, por lo que el apoyo es fundamental. Cuando tienes buenas maneras de lidiar con el estrés, también puedes ayudar a tu salud física. Para Stacey, el equilibrio llega a través de la atención plena y otras técnicas de relajación. Para otros, un grupo de apoyo de otras personas que viven con la enfermedad puede ofrecer la mayor ayuda.
Mantener a raya las complicaciones del VIH requiere un esfuerzo, pero es posible. Deeks afirma que, hoy en día, la enfermedad es un problema médico manejable que resulta más fácil de manejar cuando uno se cuida bien a sí mismo.