Cuando se tiene el VIH, es más probable que se presenten síntomas respiratorios que las personas que no tienen el virus. Esto es lo que hay que tener en cuenta.
Los síntomas respiratorios más comunes en las personas con VIH son la falta de aire y la tos. La tos puede ser seca o producir mucosidad pegajosa (flema).
Muchas cosas pueden causar estos problemas en alguien con VIH. Por ejemplo, puedes contraer una sinusitis o una bronquitis porque tu sistema inmunitario no puede combatirlas. Pero la razón por la que las contraes puede no tener nada que ver con el VIH. Por ejemplo, cosas como la edad, el tabaquismo o el consumo de drogas también pueden causar síntomas respiratorios a todo el mundo.
Infecciones comunes
Estas afecciones suelen ocurrir también a personas que no tienen el VIH. Pero si tienes el virus, pueden dar lugar a problemas más graves.
Lo más probable es que hayas tenido algunas infecciones sinusales o bronquitis. Ambas son más comunes -y a menudo más graves- en personas con un sistema inmunitario más débil debido al VIH. Los médicos suelen tratarlas con antibióticos. Pero pueden ser más difíciles de curar si tus defensas no son tan fuertes.
Una infección de los senos paranasales (tu médico puede llamarla sinusitis) suele empezar como un resfriado, con una nariz congestionada que dificulta la respiración. Las gotas nasales salinas y las compresas calientes pueden ayudar a aliviar la congestión. Si la infección dura más de una o dos semanas, llama al médico.
La bronquitis se produce cuando se inflaman los conductos que llevan el oxígeno desde la tráquea a los pulmones. Esto puede provocar tos, dificultad para respirar y mucha mucosidad. La probabilidad de padecer bronquitis es mucho mayor si fuma. Hable con su médico sobre las formas de dejar de fumar.
Infecciones oportunistas (IO)
Las IO son infecciones graves que suelen darse en personas con el sistema inmunitario debilitado.
La terapia antirretroviral (TAR) reduce la cantidad de virus en el cuerpo y mantiene el sistema inmunitario más fuerte. Por ello, las infecciones oportunistas son menos frecuentes que antes. Pero aún puedes contraerlas, sobre todo si no estás tomando la terapia antirretroviral, si no la tomas con regularidad o si no te funciona bien.
Muchas infecciones oportunistas atacan a los pulmones. Algunos ejemplos son:
Criptococosis. Los dos tipos de hongos que causan esta infección se encuentran en casi toda la naturaleza. La mayoría de las personas que respiran las esporas nunca se enferman. Pero cuando el sistema inmunitario es débil, la criptococosis puede dañar los pulmones.
Histoplasmosis. Esta infección pulmonar se contrae por un hongo que se encuentra en las cacas de las aves y los murciélagos. Los síntomas pueden ser leves o graves. Una de las complicaciones, denominada síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), es potencialmente mortal.
Complejo Mycobacterium avium (MAC). Se trata de una infección bacteriana grave. La bacteria que la provoca se encuentra en la tierra, los alimentos, el polvo y el agua. La mayoría de las personas tienen esta bacteria en su sistema y no enferman. Cuando tus defensas no son fuertes, puede afectar a tus pulmones y sistema digestivo. También puede extenderse por todo el cuerpo. Los antibióticos suelen tratarla.
Neumonía. Se trata de una infección en uno o ambos pulmones. Los síntomas son tos, fiebre y dificultad para respirar. Un organismo unicelular llamado Streptococcus pneumoniae es una causa común de neumonía en personas con VIH. Pregunte a su médico por una vacuna para prevenirla.
Neumonía por Pneumocystis. Es una infección causada por un hongo llamado Pneumocystis jirovecii, que se propaga por los pulmones. Las personas sanas pueden tener este hongo en sus pulmones y no saberlo. Las personas con un sistema inmunitario más débil pueden contraerlo y presentar síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho y escalofríos.
Tuberculosis (TB). Esta infección pulmonar se propaga por el aire cuando alguien con tuberculosis activa tose, estornuda o habla. Es común en personas con VIH avanzado o no tratado. La tuberculosis provoca tos, pérdida de peso, fatiga y sudores nocturnos.
Cómo mantenerse sano
La mejor manera de evitar las infecciones oportunistas es tomar la medicina para el VIH todos los días.
Una dieta saludable y el ejercicio regular pueden ayudar a mantener tu sistema inmunológico lo más fuerte posible y mantener todo tipo de cosas a raya. Habla con tu médico para que te aconseje sobre los planes de ejercicio y alimentación más adecuados para ti.
Si contraes una IO, tu médico puede tratarla con antibióticos o medicamentos antimicóticos.