Guía visual de la cirrosis: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

La adicción al alcohol puede provocar cirrosis, una enfermedad del hígado, pero también pueden causarla otras cosas. Averigüe más sobre cómo se contrae la cirrosis y qué puede hacer al respecto.

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La cirrosis es una forma de enfermedad hepática grave y se produce por múltiples causas. Provoca una cicatrización que sustituye lentamente el tejido sano. Con el tiempo, esto bloquea el flujo sanguíneo y dificulta la labor del hígado. No podrá filtrar las toxinas ni ayudar a descomponer los nutrientes y los medicamentos. Además, el órgano no producirá proteínas y otras sustancias con la rapidez necesaria para satisfacer las necesidades del organismo. A largo plazo, el hígado puede quedar inutilizado.

Síntomas

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Es posible que al principio no notes ningún problema. A medida que la cirrosis empeora, puede empezar a sentirse más cansado y con menos hambre. La piel puede empezar a picar, tener un aspecto más amarillento y presentar hematomas con más facilidad. La orina puede oscurecerse y el vientre y las piernas pueden hincharse por el exceso de líquido. Algunas personas tienen náuseas y están confusas y empiezan a olvidar cosas.

Causa: Adicción al alcohol

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Beber demasiado puede hacer que tu hígado se hinche y retenga más grasa. Esto puede conducir a la cirrosis. Suele ocurrir si se bebe más de lo debido cada día, a veces durante años. Consulte a su médico si su consumo de alcohol interfiere en su vida laboral o doméstica. La cantidad de alcohol que provoca daños en el hígado difiere en cada persona, así que no des por sentado que porque tu amigo que bebe mucho no haya contraído cirrosis, tú tampoco lo harás.

Causa: Enfermedad del hígado graso no alcohólico

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En este caso, algo distinto al alcohol provoca la acumulación de grasa en el hígado. La razón exacta no está clara, pero es más probable que la padezcas si tienes sobrepeso o diabetes, colesterol alto o presión arterial alta. Cuando empieza a dañar el hígado, se denomina esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). Puede notar síntomas como pérdida de peso, cansancio, debilidad, arañas vasculares o picor en la piel.

Causa: Hepatitis C

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Si se padece esta enfermedad durante 6 meses o más, se denomina "crónica" y puede conducir a la cirrosis. El virus de la hepatitis C es la causa más común de la hepatitis crónica, aunque hay otras, como las enfermedades autoinmunes, así como los medicamentos, las bacterias u otros virus. La hepatitis C suele contagiarse cuando los consumidores de drogas ilícitas comparten agujas, pero también se puede contraer tras mantener relaciones sexuales sin protección con alguien infectado.

Causa: Problemas en las vías biliares

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Unos pequeños tubos, llamados conductos, transportan normalmente la bilis -un líquido que ayuda a la digestión- desde el hígado hasta la vesícula biliar. Una serie de enfermedades pueden estrechar u obstruir estos conductos, lo que provoca una acumulación de líquido que puede inflamar y dañar el hígado. El tratamiento depende de la causa, pero el médico suele poder despejar los conductos con medicamentos o procedimientos menores.

La causa: Medicación

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Medicamentos como el metotrexato para la artritis y la isoniazida para la tuberculosis pueden dañar el hígado y provocar cirrosis. Algunos antibióticos, las estatinas para el colesterol alto y el paracetamol también pueden ser perjudiciales para el hígado. Sus genes, su salud, su dieta y otros medicamentos que tome también pueden influir. Informe a su médico de todos los medicamentos que toma y comuníquele si los nuevos fármacos le producen cansancio, náuseas, picores o cualquier otro malestar.

Causa: Suplementos

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Hierbas como la borraja, la consuelda, la grama y la uña de caballo tienen alcaloides de pirrolizidina que pueden atascar los pequeños vasos sanguíneos del hígado, ya sea con el tiempo o de una sola vez si se toma mucho. Otras, como la Atractylis gummifera, la Camellia sinensis, la celidonia, el chaparral, la germana y el aceite de poleo (utilizado en el té), también pueden causar problemas. Con el tiempo, estos daños pueden provocar cirrosis. Informe a su médico sobre cualquier suplemento que tome.

Causas: Coágulos, genética y más

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Cualquier afección que deje cicatrices en el hígado puede causar cirrosis. Los coágulos pueden bloquear el flujo de sangre hacia el órgano o en su interior. Su sistema inmunitario podría atacarlo e inflamarlo por error. Los genes pueden dificultar la descomposición de ciertos nutrientes, como el hierro o el cobre, en el hígado. O podrías heredar condiciones que añaden grasa o cicatrices sin razón aparente. Otras enfermedades que pueden provocar cirrosis son la hepatitis autoinmune, la hemocromatosis, la hepatitis B y la insuficiencia cardíaca.

Diagnóstico

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Su médico le hará un examen físico. Cuéntale tus síntomas y si tienes antecedentes de haber bebido demasiado alcohol. Los análisis de sangre que comprueban el funcionamiento de su hígado, junto con una ecografía, una radiografía o una resonancia magnética, pueden ayudar a confirmar que tiene cirrosis. En algunos casos, el médico puede extraer un pequeño trozo de hígado para observarlo con un microscopio, procedimiento denominado biopsia.

Tratamiento

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No hay cura para la cicatrización que ya tiene el hígado, pero su médico puede a veces detenerla o ralentizarla tratando la enfermedad que causa la cirrosis. Si tienes adicción al alcohol, infórmate sobre la terapia que te ayudará a dejarlo. La pérdida de peso puede ayudar en caso de hígado graso. Los fármacos pueden tratar infecciones, problemas de las vías biliares o trastornos autoinmunes. Colabore con su médico para averiguar la causa de su cirrosis y la mejor manera de tratarla.

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