Si quiere donar parte de su hígado a alguien que necesita un trasplante, ambos deben ser compatibles. Para asegurarse de que la intervención quirúrgica sea satisfactoria para ambos, los médicos se fijan en aspectos como el grupo sanguíneo, el tamaño corporal y la edad.
Donar parte de su hígado puede salvar la vida del receptor. En lugar de tener que esperar mucho tiempo a un donante fallecido, la persona que necesita un hígado nuevo puede recibir un trasplante con relativa rapidez.
Todo el proceso es posible gracias al poder especial del hígado para volver a crecer. Si usted es el donante, cuando dona... parte de su hígado, con el tiempo la porción que queda crecerá hasta convertirse en un hígado de tamaño completo. Lo mismo ocurre con el receptor que recibe parte de un hígado nuevo y sano de un donante.
Una conexión entre el donante y el receptor
Un donante vivo no tiene por qué ser un familiar cercano. Si quiere ser donante, puede ser un pariente lejano, un amigo, un vecino o un compañero de trabajo de la persona que necesita un nuevo hígado.
Sin embargo, tenga en cuenta que algunos centros de trasplante no le permitirán donar un hígado si es un extraño para el receptor.
Según una encuesta realizada a médicos en colaboración con el UPMC, el 70% de los encuestados afirma que estaría dispuesto a ser donante en vida para alguien que conoce.
La encuesta también muestra que las personas prefieren pedir a un familiar o amigo que sea donante en vida si alguna vez necesitan un nuevo hígado. Menos de una cuarta parte de los encuestados dicen que estarían dispuestos a pedir a alguien que no sea un familiar o amigo que done un hígado.
El tipo de sangre adecuado
Algunos centros exigen que su tipo de sangre sea compatible con el receptor. Por ejemplo, estos tipos son buenos compatibles:
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Tipo O. Si tienes este tipo, puedes donar a personas que tengan el tipo A, AB, B u O.
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Tipo AB. Puedes donar a alguien que tenga el tipo AB.
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Tipo A. Puedes donar a alguien que tenga el tipo A o el AB.
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Tipo B. Puedes donar a personas que tengan el tipo B o AB.
Tamaño del cuerpo a juego
A no ser que tengas pensado donar tu hígado a un niño, tu tamaño corporal debe ser más o menos el mismo que el del adulto que recibirá parte de tu hígado.
Buena forma física
Debes estar sano para donar tu hígado. Es fundamental que no tengas cáncer, enfermedades de órganos como el hígado o el corazón, hepatitis, VIH y cualquier infección activa o de larga duración.
Tu presión arterial también debe ser normal.
Salud mental estable
Ser donante en vida es un gran compromiso. Tendrás que no tener antecedentes de problemas importantes de salud mental.
Estilo de vida sobrio
No puedes ser donante si tienes un trastorno por consumo de sustancias. Tampoco puedes donar si tienes una adicción al alcohol o bebes en exceso.
Edad
El rango de edad de los donantes varía según los distintos centros de trasplante, pero en general hay que tener entre 18 y 60 años.
Un hígado de alguien que tenga menos de 40 años puede ofrecer un mejor resultado para el receptor. A medida que las personas envejecen, su hígado puede volverse más graso y pueden tener más tejido cicatricial.
Peso saludable
Los centros de trasplante tienen requisitos de peso. Dependiendo del centro, su índice de masa corporal (IMC) tendrá que ser inferior a 33 o 35.
Una razón sincera para donar
Nunca debes sentirte presionado para ser donante. Tampoco puedes pasar por este proceso si alguien te ha prometido dinero. Va en contra de la ley comprar o vender órganos.
Cómo tomar la decisión de ser donante
Todo donante en vida debe saber cómo el proceso de trasplante podría afectar a su vida cotidiana y estar preparado para algunos cambios. Algunas cosas en las que hay que pensar:
El seguro médico. Cuando se es donante de hígado, los gastos médicos suelen correr a cargo del seguro médico de la persona que recibe su hígado. Eso incluye el proceso de evaluación, la cirugía, la estancia en el hospital, los cuidados de seguimiento y el tratamiento de cualquier problema que surja a causa del trasplante. Tu propio seguro paga cualquier prueba o tratamiento que necesites y que sea independiente del trasplante.
El trabajo. Tendrá que pensar en la pérdida de salario una vez que se tome un tiempo libre después de la operación para donar un hígado. Si tiene un trabajo físicamente exigente, tenga en cuenta que el proceso de trasplante afectará a su fuerza y nivel de energía durante un tiempo. Deberá hablar con su jefe sobre cómo afrontarlo.
Viajar. Si no vive cerca de la persona que recibirá su hígado, es posible que tenga que pagar los gastos de transporte y un lugar donde alojarse cada vez que se reúna con el médico.
Mientras te sometes a las pruebas y entrevistas para ver si eres apto para ser donante vivo de hígado, toda la información que compartes se mantiene en privado. Si no eres la persona adecuada o cambias de opinión, el receptor sólo sabrá que tu órgano ha sido rechazado. Tú decides si quieres compartir los motivos exactos.