Si la medicación no resuelve sus problemas de acidez estomacal, quizá deba considerar la posibilidad de operarse.
"La cirugía tiene éxito en la mayoría de los pacientes; de hecho, el paciente al que le ha ido bien con los medicamentos pero no quiere tomarlos a largo plazo le irá bien con la cirugía", dice la doctora Radhika Srinivasan, especialista gastrointestinal y profesora adjunta de medicina en la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.
En la fundoplicación se crea una "envoltura" alrededor del estómago para reforzar el esfínter esofágico inferior, la "solapa" que controla la entrada de ácido en el esófago. La intervención puede realizarse por vía laparoscópica, es decir, a través de una diminuta hendidura en el abdomen, mientras el paciente está bajo anestesia general, lo que sólo requiere una breve estancia en el hospital.
Algunos centros médicos ofrecen un procedimiento endoscópico, dice Srinivasan. Se introduce un tubo en el esófago y se crean puntos de sutura y un "cordón" en el extremo del esófago.
"La ablación por radiofrecuencia" es otro procedimiento de vanguardia que no está disponible en todas partes; en este procedimiento, el cirujano crea tejido cicatricial en el extremo del esófago, para ayudar a bloquear el reflujo.
La ventaja de estos procedimientos: Se realizan bajo sedación consciente o "crepuscular" -en un centro quirúrgico ambulatorio o en la unidad de gastroenterología de un hospital- y no requieren una estancia en el hospital.
Pero la cirugía puede no resolver todos los problemas de acidez, dice. "No todos los pacientes pueden prescindir por completo de los medicamentos, incluso después de la cirugía". Algunos deben seguir tomando un inhibidor de la bomba de proteínas como Nexium. Además, si la envoltura está demasiado apretada, el paciente puede desarrollar un problema de hinchazón de gases - o puede ser incapaz de eructar. Una envoltura demasiado apretada puede resultar ineficaz, añade.
Así que los científicos están estudiando otras opciones quirúrgicas.
Un estudio presentado a principios de este año en una reunión de médicos especialistas en gastroenterología demostró que casi dos tercios de los pacientes que se sometieron a un nuevo procedimiento denominado Stretta dejaron de tomar todos los fármacos bloqueadores del ácido un año después.
Con el paciente consciente pero bajo una fuerte sedación, se guía un tubo fino, o catéter, con un globo en el extremo, a través de la boca hasta el final del esófago, justo por encima del estómago. Allí se infla el globo, dejando al descubierto cuatro sondas afiladas en el exterior del globo. Las sondas descargan entonces ondas de radio de alta frecuencia en el músculo de la parte superior del estómago.
Tras varias rondas de este proceso, el músculo -que está demasiado flojo en los pacientes con ERGE- se tensa mucho más. El endurecimiento del músculo impide que el ácido del estómago suba al esófago.