La historia personal de un lector sobre su recuperación cardíaca.
No tenía ni idea de que padecía una enfermedad cardíaca hasta diciembre de 2005, cuando tuve dos episodios leves de angina (dolor en la zona del pecho). Mi médico de cabecera me hizo un electrocardiograma, pero no vio nada anormal. Yo era una persona atlética y delgada de 53 años que comía alimentos nutritivos. Decidió que sólo estaba estresado y me dio el visto bueno para ir a Nicaragua de vacaciones.
Pero mientras estaba allí, la angina de pecho pasó de leve a grave. El dolor aparecía y desaparecía, pero en tres ocasiones el dolor era lo más intenso que podía imaginar. Cada pequeño movimiento lo empeoraba. Sudaba y no podía moverme. Un médico local me dio medicación para bajar la presión arterial y detener la angina. Pero no pude volar a casa durante dos semanas porque los cambios en la presión de la cabina del avión podían inducir un ataque al corazón.
Obstrucción de las arterias principales
Cuando llegué a casa, fui a la sala de emergencias local. El personal me hizo una radiografía de tórax y enseguida pidió una ambulancia para llevarme a otro hospital. Dos de mis arterias estaban obstruidas en un 99%, una tercera lo estaba en un 80% y tenía otras obstrucciones más abajo en mis arterias. Parecía imposible: tres semanas antes me sentía bien. Pero un sistema secundario de vasos sanguíneos había crecido alrededor de mi corazón y estaba haciendo el trabajo de las arterias bloqueadas. Al día siguiente me sometieron a un triple bypass.
Después, cuando mi mujer preguntó por mi pronóstico, el médico respondió con un silencio sepulcral. Entonces supe que tenía que comprometerme con mi recuperación. Trabajo como programador informático y soy bastante metódico, así que establecí un programa de recuperación. Semana a semana fui aumentando mi fuerza, comenzando por caminar hasta la cocina, luego caminando por la cuadra, y luego usando mi cinta de correr, la máquina de remo y [la bicicleta estática]. Controlé mi ritmo cardíaco y anoté todo lo que hacía y cómo afectaba a mi corazón y a mi respiración. También investigué artículos de revistas sobre enfermedades cardíacas, nutrición y rehabilitación del ejercicio.
En la primavera de 2009, podía jugar al bádminton durante tres horas sin parar. En 2010, podía jugar al baloncesto en toda la cancha. Era el único mayor de 20 años y no me sacaban de la cancha.
Lecciones de vida de Larry
"Utiliza un pulsómetro para evitar hacer demasiado. Al principio, no debes respirar mucho más fuerte que durante el calentamiento".
"No tengas prisa. La recuperación lleva su tiempo. La mayoría de las personas con enfermedades cardíacas piensan que no pueden hacer nada físico. O intentan recuperarse demasiado rápido y se lesionan".
"Coma alimentos ricos en antioxidantes y bajos en grasa".
Consejo del experto
"Los podómetros, los diarios de comidas y las básculas se asocian a cambios positivos en el comportamiento. Funcionan cuando nos cuesta motivarnos". -- Dr. James Beckerman
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