médico le muestra algunos consejos para el cuidado que le ayudarán a simplificar la vida diaria de su ser querido.
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Para dar a su ser querido los mejores cuidados, tiene que entender sus necesidades. Reserve tiempo para hablar. Averigua cómo se siente... y qué quiere... que hagas por él.
No discutas ni insistas en que tu opinión es la mejor. Ofrece ideas, pero escucha lo que tienen que decir. Demuestra que has escuchado repitiendo los puntos clave, como: "Entiendo que quieras hacer más por ti mismo".
Cree un programa
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Cuando cuidas a alguien en casa, los días pueden parecer largos y desconcentrados. Dales una estructura haciendo un horario. Establece horarios para las comidas, el cuidado personal, las tareas domésticas, el ejercicio, las actividades y el descanso. Fija también las horas de sueño y de vigilia para asegurarte de que ambos descansan lo suficiente.
Cuando haga el horario, piense en las necesidades de su ser querido. Ten en cuenta cómo organizaban su día antes de que tú te involucraras.
Organícese
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El papeleo puede acumularse. Para que todo funcione bien, pon las recetas, la información del seguro, los contactos del médico y el historial médico en un solo lugar, como una carpeta de varios bolsillos. Lleva un control de las citas en un calendario de papel, ordenador o smartphone.
Programa una alarma para que te lo recuerde dos veces: con uno o dos días y con unas horas de antelación. Añade tus propias citas al calendario para evitar conflictos de horario, y planifica los días en los que no estarás para ayudar.
Lleva el control de los medicamentos
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Más de un tercio de los adultos mayores toman cinco o más medicamentos para tratar diferentes afecciones. Todos esos medicamentos pueden dar lugar a confusiones y errores. Repase la lista con el médico y el farmacéutico de su ser querido para asegurarse de que todos los medicamentos y las dosis son correctos.
Guarda todos los medicamentos en un solo lugar para facilitar el acceso. Utiliza un pastillero para mantenerlos organizados por día y hora. Haga un inventario cada pocos meses y tire las pastillas caducadas.
Simplifica las comidas
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Se necesita tiempo para preparar tres comidas al día. Planificar con antelación puede ayudar. Haz toda la compra de la semana en un solo viaje. Prepara una gran cantidad de comidas y congélalas.
Pide a tus amigos y familiares que colaboren. Establece un programa rotativo en el que cada persona haga la compra o traiga una comida entera cocinada. Cuando cocine, adapte los platos al gusto de su ser querido, así como a sus necesidades calóricas y dietéticas, como el bajo nivel de sal o el aumento de vitaminas del grupo B.
Haz que el hogar sea seguro
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Evite las caídas y las lesiones con algunos cambios en la casa. Instale barras de sujeción y pasamanos en el baño para evitar resbalones en la ducha y la bañera. Añada luces a lo largo de los pasillos y las escaleras para aligerar los viajes nocturnos al baño. Asegure las alfombras con cinta adhesiva y recoja el desorden. Guarde los objetos que utiliza con frecuencia al alcance de su ser querido para que no tenga que estirarse o trepar. Compre un monitor de caídas para que le avise y llame al 911 si se cae.
Pide consejo
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Si es la primera vez que cuidas a tu hijo, probablemente tengas mucho que aprender. Pide ayuda a un experto, como un médico de atención geriátrica, una enfermera o un terapeuta. Ellos pueden enseñarte cómo:
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Asumir las tareas de cuidado personal como bañarse y vestirse
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Manejar los problemas de la vejiga y el intestino
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Levantar a la persona de forma segura sin hacerle daño, ni a su espalda
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Prepare comidas saludables que sean fáciles de comer
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Adaptar el hogar para que sea seguro y de fácil acceso
Reclutar un equipo
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Si no puedes ocuparte de todos los cuidados tú solo, reúne un grupo de guardia de familiares y amigos que puedan intervenir y ayudar. Asigna a cada persona una o varias tareas. Pueden ayudar a preparar las comidas o a hacer recados.
También puede contratar a alguien para que cocine, limpie o se encargue de las tareas personales y médicas diarias, como ayudar a su ser querido a vestirse, bañarse y tomar los medicamentos. Su agencia local sobre el envejecimiento puede ayudarle a encontrar el ayudante adecuado para cada tipo de tarea.
Fomente el autocuidado
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Ayude a que la edad, la enfermedad o la discapacidad de su ser querido no hagan mella en su autoestima. Puedes devolverle la sensación de control dejándole participar lo más activamente posible en su propio cuidado.
Anímele a tomar decisiones y a realizar las tareas que pueda llevar a cabo, como vestirse o ir al baño. Deja que ayude a elegir y planificar actividades. Esto les dará un sentido de propósito, y hará que su trabajo sea más fácil.
Prepárate para las emergencias
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Prepárate para lo inesperado. Pregúntale al médico a qué síntomas hay que prestar atención, como dolor en el pecho, problemas para respirar o mareos, y qué hacer si se producen.
Junto a cada teléfono de la casa, mantenga una lista de nombres y números de emergencia, incluyendo:
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Números médicos, de bomberos o de policía (911 o un número local)
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Médico de atención primaria
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Hospital de preferencia
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Control de venenos
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Familiares y amigos