Cómo apoyar la rehabilitación de un ser querido

La doctora explica cómo establecer objetivos realistas si eres el cuidador de alguien que se está rehabilitando tras una operación, enfermedad o lesión.

Cuando decidió probar el snowboard, Kris Bickell, de 51 años, no estaba preocupado por el reto. Ya era un esquiador decente.

Como se preveía, le fue muy bien... hasta que se salió del telesilla. "Un pie se quedó atascado en la nieve, mientras el otro se deslizaba por la pendiente con la tabla de snowboard", cuenta Bickell. El resultado: un desgarro en el labrum de ambas caderas.

Bickell, que vive en Cheshire (Connecticut) y es director de aprendizaje en línea en una universidad local, se tomó su accidente con calma. Pero la recuperación ha sido más lenta de lo que imaginaba. Ha tenido que someterse a más de 50 sesiones de fisioterapia, innumerables ejercicios en casa... y un gran apoyo de su mujer, Ann.

Cuando uno es cuidador, es importante mantener la perspectiva. Recuperarse de una operación o una enfermedad puede llevar más tiempo del que se espera. Intenta pensar en la rehabilitación de tu ser querido como un maratón, no como un sprint.

Espere altibajos

La persona a la que cuidas puede dar grandes pasos un día y retroceder al siguiente. Eso es normal. No te preocupes si a un repentino estallido de recuperación le sigue un estancamiento. No pasa nada mientras haya una pendiente general ascendente.

"Siempre hay que buscar algún progreso", dice Jay Neidich, vicepresidente de servicios de rehabilitación de VNA Healthtrends. Si no ves una mejora gradual con el tiempo, habla con su médico.

Establezca objetivos realistas

Basa tus expectativas sobre su capacidad de movimiento en lo bien que se desenvolvía antes de su operación o enfermedad.

"El objetivo es que el paciente recupere su nivel de funcionalidad anterior", dice Neidich. "Si camina 15 metros con un andador, ése es el objetivo. Si caminaban 500 pies, ése debe ser el objetivo".

Al principio, es posible que necesiten usar cosas como un bastón, muletas o un andador. Bickell recuerda lo importantes que eran.

"Tenía dos vecinos de 80 años. Una me ofreció su andador y la otra, su bastón", dice. "Al principio dije: 'Ni hablar', pero luego entré en razón. Ambas me ayudaron mucho".

Espera que el progreso se desarrolle por etapas. Durante la primera fase, por ejemplo, las muletas pueden ayudar a su ser querido a sentirse cómodo mientras gana fuerza. Luego pasará a la siguiente fase, que puede ser caminar por sí mismo.

La independencia es un objetivo positivo y realista. Cuanto más puedan hacer ellos mismos, mejor.

Celebrar las pequeñas victorias

Incluso una pequeña mejora es algo por lo que alegrarse. Al principio, puede ser tan simple como sentarse en la cama. Es el primer paso para moverse con más libertad.

"Una vez que pude caminar por el barrio", dice Bickell, "me quedé extasiado".

Cada pequeño paso es una señal de progreso. Celebra cada uno de ellos en todo su esplendor. Dale a tu ser querido un abrazo o choca los cinco cuando pase... algunos hitos clave:

  • Vestirse... por primera vez

  • Ducharse... por sí mismos

  • Subir escaleras...

  • Pasear... por el exterior

  • Conducir un coche

Ser comprensivo

Ten en cuenta que la recuperación puede tener un coste emocional. Bickell recuerda algunos días difíciles. "La parte mental también es dura", dice. "Mi mujer me ayudó muchísimo. La mayor ayuda fue simplemente tenerla allí para escuchar".

Su ser querido puede sentirse frustrado por tener que depender de usted para desplazarse, especialmente si está acostumbrado a ser independiente. "Eso es muy difícil de superar para mucha gente", dice Neidich. Tu apoyo y paciencia pueden ser de gran ayuda.

Ayuda, pero no demasiado

Como cuidador, puede sentir que quiere hacer todo lo que pueda por su ser querido. Pero eso puede ser contraproducente. Si lo haces todo por ellos, perderán la motivación para hacer cosas por sí mismos.

El truco está en ayudar sin hacer demasiado. Por ejemplo, guíele para que se levante de la cama, pero no le levante físicamente. "Estate ahí si lo necesitas, pero no te empeñes en hacerlo por él", dice Neidich. En otras palabras, ayúdele a ayudarse a sí mismo.

Asegura a tu ser querido que la recuperación lleva tiempo y recuérdale lo lejos que ha llegado. Cuando digan: "Ojalá no necesitara ayuda sólo para caminar hasta el final del camino de entrada", dígales: "Pero hace una semana, ni siquiera podías salir por la puerta principal".

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