Si tu bebé hace ruidos al respirar, toma nota de cómo suenan. Los expertos del médico te ayudarán a determinar si hay algún problema.
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Ruido silbante: Una pequeña obstrucción en las fosas nasales tiende a producir un ruido silbante que desaparece al succionarla. Los bebés recién nacidos respiran por la nariz, no por la boca. Este es un buen truco, ya que les permite respirar y comer al mismo tiempo. Sin embargo, sus pequeñas narices tienen conductos de aire pequeños, por lo que un poco de moco o leche seca puede hacer que el conducto respiratorio sea aún más pequeño, provocando un ruido de silbido u ocasionalmente, dificultad para mover el aire hacia adentro y hacia afuera.
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Llanto ronco y tos "perruna": Una obstrucción en la laringe (tráquea), a menudo debida a la mucosidad, produce un llanto ronco y una tos "perruna". Esto puede ser un signo de crup, una infección de la laringe, la tráquea y los bronquios. El crup no es una infección común en los recién nacidos.
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Sonido agudo y chirriante: Llamado estridor o laringomalacia, es un sonido que hacen los bebés muy pequeños al inspirar. Es peor cuando el niño está tumbado de espaldas. Está causado por un exceso de tejido alrededor de la laringe y suele ser inofensivo. Suele desaparecer cuando el niño cumple dos años.
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Tos profunda: Una obstrucción en los grandes bronquios (divisiones de la tráquea, que desembocan en los pulmones) provoca una tos profunda.
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Sonido silbante (sibilancias): Una obstrucción en los bronquiolos (pequeñas vías respiratorias que proceden de los bronquios) produce un sonido silbante cuando el bebé espira (como en la bronquiolitis o el asma posterior).
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Respiración rápida y dificultosa: El líquido en las vías respiratorias más pequeñas (los "alvéolos") provoca neumonía, una infección debida a un virus o una bacteria. La neumonía provoca una respiración rápida y dificultosa, ocasionalmente cianosis, tos persistente y sonidos crepitantes ("estertores") cuando se escuchan con un estetoscopio.
Consejos para padres preocupados:
Observa la respiración de tu bebé cuando esté bien, para que te acostumbres a su aspecto. Cronometra cuántas respiraciones hacen... en un minuto. Probablemente sea más rápido de lo que imaginabas. Saber lo que es normal en la respiración de tu bebé te ayudará a detectar más rápidamente un posible problema.
Cuando tengas dudas sobre lo que ocurre, graba un vídeo del patrón de respiración que te preocupa para mostrárselo al profesional de la salud de tu bebé.
Cuándo hay que preocuparse por la respiración del bebé
Los signos de problemas respiratorios potencialmente preocupantes en su bebé incluyen:
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Aumento persistente de la frecuencia respiratoria (más de 60 respiraciones por minuto aproximadamente)
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Aumento del trabajo para respirar. Los signos de esto incluyen:
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Gruñidos. El bebé emite un pequeño gruñido al final de la respiración. Esto sirve para intentar abrir las vías respiratorias obstruidas.
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Aleteo. Las fosas nasales del bebé se ensanchan durante la respiración, mostrando un mayor esfuerzo.
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Retracciones. Los músculos del pecho (bajo las costillas) y del cuello del bebé se observan visiblemente entrando y saliendo mucho más profundamente de lo habitual.
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Cianosis. Significa que la sangre se ha quedado azul y no ha obtenido suficiente oxígeno de los pulmones (como en el caso de la neumonía). Para una verdadera cianosis, la sangre de todo el cuerpo debe tener un aspecto azul. Compruebe las zonas que reciben mucho flujo de sangre, como los labios y la lengua. A veces, las manos y los pies de los recién nacidos se vuelven azulados, pero el resto del cuerpo está bien. No se trata de cianosis, sino de una respuesta habitual a los cambios de temperatura.
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Mala alimentación. La "dificultad respiratoria" suele ir acompañada de una notable disminución de la ingesta de alimentos.
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Letargo. El nivel de energía de su bebé puede estar notablemente disminuido si tiene... un problema pulmonar importante.
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Fiebre. La mayoría de las infecciones pulmonares también provocan fiebre. Compruebe siempre la temperatura de su bebé cuando esté preocupado.
Los problemas respiratorios (como la respiración ruidosa) que sólo se producen ocasionalmente son normales. Los problemas respiratorios preocupantes, en cambio, suelen ser persistentes.
No obstante, ante cualquier problema respiratorio, no dejes de consultar a tu pediatra.