Algunas afecciones médicas pueden dificultar la alimentación, la masticación, la digestión o la retención de los alimentos. En muchos casos, hay cosas que puedes hacer para compensar esos problemas. explica el médico.
El apetito puede disminuir. O puede que te cueste masticar o tragar. O puede tener problemas para digerir o absorber los nutrientes de los alimentos, y luego tener efectos secundarios por la mala alimentación. Y en algunos casos, los medicamentos (la quimioterapia, por ejemplo) pueden provocar náuseas.
A menudo hay formas de aliviarlas. El primer paso es saber qué pasa y por qué ocurre.
1. Diabetes
Lo que sucede:
Con el tiempo, la diabetes no controlada daña tus nervios. Si daña tu nervio vago, que estimula los músculos que mueven los alimentos a través de tu sistema digestivo,... la digestión puede ser más lenta o detenerse. Esto puede provocar ardor de estómago, náuseas, hinchazón y sensación de saciedad después de comer. Los médicos lo llaman gastroparesia. La causa más común es la diabetes, pero a veces también afecta a personas con trastornos del sistema nervioso, como la enfermedad de Parkinson (véase más adelante) y la esclerosis múltiple.
Lo que ayuda:
Lo más importante es controlar la glucemia, llevándola al rango objetivo que le recomiende su médico... Para la gastroparesia propiamente dicha, reducir los alimentos grasos o ricos en fibra, y las bebidas carbonatadas. También puede ser útil comer cantidades más pequeñas de alimentos a lo largo del día.
2. Insuficiencia cardíaca
Lo que sucede:
Las personas con insuficiencia cardíaca avanzada a menudo luchan contra las náuseas, la falta de apetito y la pérdida de peso... Pueden perder masa muscular... así como grasa... Las causas incluyen la inflamación de la pared intestinal, que impide la absorción de nutrientes, y... la enfermedad hepática o renal que puede provocar la insuficiencia cardíaca. Pueden provocar náuseas. Una vez que se inicia el proceso de desgaste, la mala alimentación puede agravarlo.
Lo que ayuda:
Puede ayudar comer comidas pequeñas más a menudo. Y es importante limitar la sal y los líquidos para evitar la hinchazón y el empeoramiento de la falta de aire.
3. Artritis
Lo que sucede:
La enfermedad en sí no afecta a tu intestino. Pero sus medicamentos podrían hacerlo. Si tomas algunos fármacos analgésicos, como el ibuprofeno o el naproxeno, durante demasiado tiempo, eso puede provocar gastritis y, en dosis elevadas, provocar... úlceras de estómago. Los medicamentos de prescripción más fuertes, llamados opioides, tienen como efecto secundario el estreñimiento.
Lo que ayuda:
Habla con tu médico sobre tus medicamentos. Y haz algo de ejercicio. Es bueno para las articulaciones, siempre y cuando realices actividades que no sean molestas. (Por ejemplo, elige una caminata en lugar de correr). Estar activo ayuda a mantener los hábitos de baño regulares.
4. Obesidad
Lo que sucede:
El peso extra le hace más propenso a tener acidez o ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico), que es más grave que la acidez normal. Si se somete a una operación de adelgazamiento, tendrá que comer menos porque su estómago es ahora más pequeño. Dependiendo del tipo de operación que le hagan, podría tener que tomar suplementos, porque su cuerpo tendrá menos oportunidad de extraer los nutrientes de los alimentos que come.
Lo que ayuda:
Cada paso que des hacia un peso más saludable te acercará al alivio. Si eso incluye la cirugía de pérdida de peso, habla con tu médico sobre los nutrientes que necesitas, si debes tomar suplementos y cómo cambiar la cantidad que comes...
Si padece ERGE, modificar su dieta puede suponer una gran diferencia. Su médico puede sugerirle que siga un plan de alimentación bajo en grasas, que elimine ciertos alimentos y bebidas (como el café, el chocolate o los tomates) y que haga comidas pequeñas y frecuentes.
5. Cáncer
Lo que sucede:
El cáncer se presenta de muchas formas. Tanto la enfermedad como sus tratamientos pueden afectar a tu alimentación. Muchos tipos disminuyen el apetito, causan dolor de estómago o dificultan la absorción de los nutrientes de los alimentos. Otros tipos, como los cánceres de cabeza, cuello y esófago, pueden dificultar la masticación y la deglución. Además, están las náuseas provocadas por los propios tratamientos.
Lo que ayuda:
El médico puede recetar medicamentos para aumentar el apetito y ayudar a que el sistema digestivo funcione mejor, o prescribir lo que se conoce como terapia nutricional, que puede ir desde hacer cambios en la dieta hasta utilizar una sonda de alimentación.
6. EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
Lo que sucede:
Esta enfermedad pulmonar dificulta gradualmente la respiración. Las personas que la padecen suelen descubrir que su apetito ya no es lo que era... Las personas con EPOC grave pueden adelgazar mucho porque queman muchas calorías con el trabajo de la respiración. La enfermedad también dificulta la ingesta de una comida completa.
Lo que ayuda:
Dado que la enfermedad hace que tu cuerpo gaste mucha energía durante la respiración, es importante que te asegures de consumir suficientes calorías. Asegúrate de ingerir suficientes grasas y proteínas en tu dieta y de hacer comidas pequeñas y frecuentes.?
7. Apoplejías
Lo que sucede:
Los efectos de un ictus dependen de la parte del cerebro a la que afecte. A muchas personas que han sufrido un ictus les cuesta tragar, una condición llamada disfagia. Por ello, es posible que no reciban suficientes nutrientes. También existe el riesgo de que inhalen accidentalmente la comida o la bebida, enviándola por el conducto equivocado y dificultando la respiración.
Lo que ayuda:
Parte de la recuperación de un ictus podría incluir aprender a tragar de nuevo. Pequeños trozos de comida, o pequeños sorbos de líquido, pueden ayudar. Algunas personas pueden necesitar ser alimentadas a través de una sonda.
8. Enfermedad renal
Lo que sucede:
Los riñones filtran los desechos de la sangre y los preparan para enviarlos fuera del cuerpo en forma de orina. También controlan el equilibrio de líquidos, sodio y potasio, y producen vitamina D, entre otras cosas. Por eso, cuando los riñones no funcionan correctamente, pueden causar muchos problemas, como la uremia. El exceso de productos de desecho en la sangre como consecuencia de la insuficiencia renal... puede afectar al apetito.
Lo que ayuda:
Tu médico te dirá cómo cambiar tu dieta. Si está en las primeras fases de la enfermedad renal, puede que tenga que centrarse en el sodio. Si su enfermedad está más avanzada, también puede tener límites en la cantidad de potasio o proteínas... que puede tomar. Si tiene cálculos renales, es posible que tenga que hacer otros cambios en sus hábitos alimentarios.
9. Enfermedad de Alzheimer
Lo que ocurre:
A medida que la demencia se instala, las personas con alzhéimer pueden olvidarse de comer, agobiarse al elegir y cocinar los alimentos o tener problemas para utilizar los utensilios. Como resultado, pierden nutrientes clave y pueden perder el peso que necesitan para mantenerse, volviéndose frágiles. También necesitan asegurarse de que se mantienen hidratados.
Lo que ayuda:
Ofrece muchos alimentos fáciles de comer, como batidos y sopas, para que la persona a la que cuidas reciba suficientes calorías y se mantenga hidratada. Intenta limitar las distracciones y sirve solo uno o dos alimentos a la vez. Recuérdale a la persona que tiene comida delante.
10. Ansiedad y depresión
Lo que sucede:
La ansiedad puede alterar tu estómago. Si estás deprimido, eso puede llevarte a comer poco o demasiado.
Lo que ayuda:
La comida, por sí sola, no es una cura. Pero una dieta equilibrada puede ayudarte a sentirte mejor, y los síntomas estomacales suelen desaparecer gradualmente cuando empiezas a beneficiarte del tratamiento psicológico en forma de terapia, cambios en el estilo de vida (como el ejercicio) y medicación, si es necesario...
11. Enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn, úlceras, colitis ulcerosa)
Lo que ocurre:
Estas afecciones provocan... inflamación y úlceras en el tracto gastrointestinal. Los síntomas pueden incluir diarrea, calambres estomacales, pérdida de apetito, náuseas, hemorragias gastrointestinales y pérdida de peso... Por ello, las personas suelen ser cautelosas con lo que comen. Y si limitan demasiado su dieta, podrían perder nutrientes y calorías.
Lo que ayuda:
Necesitas medicamentos para controlar los síntomas y también para saber cuáles son tus desencadenantes,... incluidos los alimentos que te irritan, para poder evitarlos. Es conveniente que colabores con tu médico y anotes tus síntomas y lo que ocurría justo antes de que aparecieran (incluidos los alimentos y el estrés). Un nutricionista especializado en estas enfermedades también puede ser un buen recurso.
12. Enfermedad de Parkinsons
Lo que sucede:
Los síntomas del Parkinson, que afecta al sistema nervioso del cuerpo, suelen empeorar gradualmente y pueden incluir estreñimiento, sensación de saciedad después de comer y problemas para tragar. También puede afectar a los nervios que controlan el sistema digestivo, provocando una enfermedad llamada gastroparesia (véase más arriba en "Diabetes").
Lo que ayuda:
Bebe mucha agua y come alimentos ricos en fibra para ayudar a mantenerte regular. La fisioterapia y los medicamentos pueden mejorar su capacidad para masticar y tragar.
13. VIH
Lo que sucede:
El virus puede causar llagas o infecciones dolorosas dentro de la boca o en el esófago, dificultando la deglución. Los medicamentos también pueden causar náuseas y diarrea, dejándole con poco interés en comer.
Lo que ayuda:
El médico puede recetar medicamentos para estimular el apetito, especialmente si está perdiendo peso. También ayuda mantenerse hidratado, comer comidas pequeñas y evitar los alimentos que provocan hinchazón. Su médico puede recomendarle una dieta especial para asegurarse de que ingiere suficientes calorías.
14. Hipotiroidismo (tiroides poco activa)
Lo que sucede:
Tu tiroides no produce suficientes hormonas para que tu cuerpo funcione correctamente. Es posible que no tengas apetito y, sin embargo, ganes peso de forma inesperada. También puede causar un incómodo estreñimiento. (El hipertiroidismo, o tiroides hiperactiva, puede desencadenar los síntomas opuestos: hambre y sed extremas, diarrea y pérdida de peso).
Lo que ayuda:
El tratamiento del trastorno con medicamentos para la tiroides suele revertir los síntomas y mejorar el apetito.
15. Hepatitis crónica
Lo que ocurre:
Esta enfermedad infecciosa suele provocar síntomas gastrointestinales como hinchazón, pérdida de peso, fatiga y malestar estomacal.
Qué ayuda:
Evite el alcohol, intente hacer comidas más pequeñas y frecuentes, y pregunte a su médico sobre los medicamentos para combatir las náuseas. La hepatitis C tiene cura.