Todos tenemos malos hábitos. Pero pueden tener más impacto a medida que se envejece. He aquí cómo cambiarlos.
Piensa en ello
Saber que necesitas cambiar algo no suele ser suficiente motivación para hacerlo. Incluso puedes pensar que hay una buena razón para hacerlo.
Por ejemplo, a veces las personas que fuman sienten que los descansos para fumar son los únicos momentos en los que pueden alejarse de su trabajo durante el día. Y comer juntos es una forma de relacionarse con los amigos y la familia, por lo que puede seguir la corriente en lugar de elegir alimentos más saludables.
Pero, ¿son realmente buenas razones? Puedes tomarte un descanso y salir a la calle sin fumar. Puedes disfrutar de una comida con amigos y elegir mejor los alimentos.
Una buena manera de ponerte en marcha es averiguar qué beneficios obtendrás al cambiar tus hábitos:
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Te sentirás mejor cuando cuides tu salud.
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Sus posibilidades de padecer ciertas enfermedades y afecciones pueden disminuir.
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Una mayor actividad y una mejor alimentación pueden ayudarle a perder algunos kilos y a sentirse más cómodo con su ropa.
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Dormir más te dará más energía.
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Si fumas, ahorrarás dinero y tu ropa, tu aliento y tu casa no olerán a humo cuando dejes de fumar.
Romperlo
Si el cambio te parece abrumador, empieza con pequeños pasos y objetivos. Una forma de hacerlo es un truco del mundo empresarial llamado DAFO:
Puntos fuertes: ¿Qué es lo que ya haces bien? Qué habilidades tienes?
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Eres un buen cocinero que puede hacer comidas saludables y deliciosas?
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Se le da bien programar, de modo que pueda sacar tiempo para hacer ejercicio?
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Quién te apoyará en esto? Amigos, familia, compañeros de trabajo?
Debilidades: ¿Qué podría interponerse en tu camino?
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Pospones las cosas para no tener tiempo de hacer comidas saludables o ir al gimnasio?
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Te cuesta dormir por el estrés?
Oportunidades: ¿Qué podría ayudarte a dejar tu mal hábito?
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Puedes unirte a un club o grupo de apoyo?
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Tiene tu lugar de trabajo un gimnasio?
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Hay apps que te ayuden a planificar tus actividades o a seguir tus progresos?
Amenazas: ¿Podrían las cosas que no puedes controlar echar por tierra tus planes?
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Tu horario de trabajo cambia constantemente?
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La gente que te rodea intenta presionarte para que sigas con tus malos hábitos?
Planifica cómo vas a responder a estos retos. Tómate un minuto y escribe tus respuestas para que te ayuden a ordenar todo.
Establecer pequeños objetivos
Dejar de fumar puede ser difícil, así que empieza con algo pequeño:
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En lugar de no comer dulces, toma un tentempié menos cada día.
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Si quieres ser más activo, da un pequeño paseo después de cenar cada noche.
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Si no puedes dormir, pon una alarma que te recuerde que debes apagar la televisión, el teléfono o el ordenador una hora antes de acostarte.
Apunta a cosas que estés seguro de poder hacer. Las pequeñas victorias pueden mantenerte en marcha.
Cambia lo malo por lo bueno
Es importante sustituir los malos hábitos por los buenos. De lo contrario, es probable que vuelvas a caer en tus antiguas rutinas.
Por ejemplo, las personas que dejan de fumar a veces lo sustituyen por el consumo de snacks. Tener a mano opciones saludables, como la fruta, puede ayudar a evitar que esto se convierta en un problema.
Si apagas el ordenador a la hora de relajarte y quedarte dormido, pero lo sustituyes por el teléfono o la televisión, es probable que eso no te ayude. (La luz de una pantalla puede mantenerte despierto.) En su lugar, intenta meditar, escribir en un diario o leer un libro.
Otros consejos:
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Elige un nuevo hábito saludable que te guste. Si odias correr en la cinta, lo más probable es que no lo sigas. Si no te gusta el brócoli, no tiene sentido que cargues tu plato con él.
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Cambia un hábito a la vez. Intentar hacer demasiadas cosas a la vez puede hacer que sea tan difícil saber por dónde empezar que no empieces. A medida que vayas cumpliendo cada objetivo, añade otro.
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No te precipites. Lo más probable es que no hayas desarrollado el mal hábito de la noche a la mañana, así que date el tiempo necesario para desarrollar el nuevo. Una nueva rutina puede tardar de 2 a 3 meses en afianzarse.
Sigue tu progreso
Lleva un registro diario de los cambios que realizas. Si no ha cumplido sus objetivos de la semana, piense en lo que ha fallado y vea lo que podría hacer mejor la próxima semana.
Si has cumplido tus objetivos, date una pequeña recompensa. Ver que las cosas se acumulan, como los entrenamientos o los días que han pasado desde que te fumaste un cigarrillo, puede motivarte y animarte.
Perdónate a ti mismo
Los contratiempos son normales. No te castigues cuando tengas uno. Piensa en cuando empezaste, mira tu historial diario y recuérdate lo lejos que has llegado. Un tropiezo no borra todo eso. Luego retoma el camino donde lo dejaste.