La hemocromatosis es una enfermedad en la que el cuerpo absorbe demasiado hierro. Descubra las causas y los tratamientos disponibles.
Normalmente, los intestinos absorben la cantidad justa de hierro de los alimentos que se consumen. Pero en la hemocromatosis, el cuerpo absorbe demasiado y no tiene forma de eliminarlo. Así que el cuerpo almacena el exceso de hierro en las articulaciones y en órganos como el hígado, el corazón y el páncreas. Esto los daña. Si no se trata, la hemocromatosis puede hacer que los órganos dejen de funcionar.
Hay dos tipos de esta enfermedad: primaria y secundaria.
La hemocromatosis primaria es hereditaria, es decir, se da en familias. Si usted recibe dos de los genes que la causan, uno de su madre y otro de su padre, tendrá un mayor riesgo de padecer el trastorno.
La hemocromatosis secundaria se produce a causa de otras enfermedades. Estas incluyen:
-
Ciertos tipos de anemia
-
Enfermedades del hígado
-
Recibir muchas transfusiones de sangre
Las personas blancas con ascendencia del norte de Europa tienen más probabilidades de padecer hemocromatosis hereditaria. Los hombres tienen 5 veces más probabilidades de padecerla que las mujeres.
Síntomas
Hasta la mitad de las personas que padecen hemocromatosis no presentan síntomas. En los hombres, los síntomas suelen aparecer entre los 30 y los 50 años. Las mujeres no suelen mostrar signos de esta enfermedad hasta que superan los 50 años o pasan la menopausia. Esto puede deberse a que pierden hierro cuando tienen la menstruación y dan a luz.
Los síntomas de la hemocromatosis son:
-
Dolor en las articulaciones, especialmente en los nudillos
-
Sensación de cansancio
-
Pérdida de peso inexplicable
-
Piel que tiene un color bronce o gris
-
Dolor en el vientre
-
Pérdida del deseo sexual
-
Pérdida de vello corporal
-
Aleteo del corazón
-
Memoria borrosa
A veces las personas no presentan ningún síntoma de hemocromatosis hasta que aparecen otros problemas. Estos pueden incluir:
-
Problemas hepáticos, incluida la cirrosis (cicatrización) del hígado
-
Diabetes
-
Latidos anormales del corazón
-
Artritis
-
Disfunción eréctil (problemas para tener una erección)
Si tomas mucha vitamina C o comes muchos alimentos que la contienen, puedes empeorar la hemocromatosis. Eso es porque la vitamina C ayuda a tu cuerpo a absorber el hierro de los alimentos.
Diagnóstico
Puede ser complicado para tu médico diagnosticar la hemocromatosis, porque otras enfermedades tienen los mismos síntomas. Es posible que quieran que te hagas la prueba si:
-
Tienes síntomas.
-
Tiene uno de los problemas mencionados anteriormente.
-
Un miembro de la familia tiene el trastorno.
Hay otras formas en las que tu médico puede averiguar si lo tienes:
Comprobando tu historial. Le preguntará por su familia y si alguien tiene hemocromatosis o signos de ella. También puede preguntar sobre cosas como la artritis y la enfermedad hepática, lo que podría significar que usted o alguien de su familia tiene hemocromatosis pero no lo sabe.
Examen físico. El médico le examinará el cuerpo. Para ello, utilizará un estetoscopio para escuchar lo que ocurre en el interior. También es posible que le den golpecitos en distintas partes del cuerpo.
Análisis de sangre. Hay dos pruebas que pueden dar a su médico una pista sobre la hemocromatosis:
-
Saturación de transferrina. Esto muestra la cantidad de hierro que se adhiere a la transferrina, una proteína que transporta el hierro en la sangre.
-
Ferritina sérica. Esta prueba mide la cantidad de ferritina, una proteína que almacena hierro, en su sangre.
Si cualquiera de estas pruebas muestra que tienes más hierro del que deberías, tu médico podría pedir una tercera prueba para ver si tienes un gen que causa la hemocromatosis.
Biopsia de hígado. Su médico tomará un pequeño trozo de su hígado. Lo examinará con un microscopio para ver si hay algún daño hepático.
RESONANCIA MAGNÉTICA. Se trata de una exploración que utiliza imanes y ondas de radio para obtener una imagen de sus órganos.
Tratamiento
Si tiene hemocromatosis primaria, los médicos la tratan extrayendo sangre de su cuerpo de forma regular. Es muy parecido a donar sangre. El médico le introducirá una aguja en una vena del brazo o la pierna. La sangre fluye a través de la aguja y llega a un tubo conectado a una bolsa.
El objetivo es extraer parte de su sangre para que sus niveles de hierro vuelvan a ser normales. Esto puede llevar hasta un año o más. La extracción de sangre se divide en dos partes: tratamiento inicial y tratamiento de mantenimiento.
Tratamiento inicial. Acudirá a la consulta del médico o al hospital una o dos veces por semana para que le extraigan sangre. Pueden extraerle hasta medio litro cada vez.
Tratamiento de mantenimiento. Una vez que los niveles de hierro en la sangre hayan vuelto a la normalidad, seguirán siendo necesarias las extracciones de sangre, pero no con tanta frecuencia. Dependerá de la rapidez con la que el hierro vuelva a acumularse en el organismo.