Si tienes protuberancias en los dedos de los pies, probablemente te preguntes cuál es la causa. Conozca las causas, desde los juanetes hasta los callos.
Si tienes protuberancias en las articulaciones de uno o varios de tus dedos, probablemente te gustaría saber por qué y qué puedes hacer al respecto.
Juanetes
Un juanete es una protuberancia ósea en el lateral del pie. Se produce cuando los huesos del interior del dedo gordo no se alinean como deberían. El dedo gordo se inclina hacia los demás dedos. La base del dedo gordo, donde está la articulación, sobresale hacia un lado. A veces se forma un juanete en el otro lado del pie, en la base del dedo meñique. Los médicos pueden llamar a estas protuberancias más pequeñas juanetes o juanetes de sastre.
Los juanetes suelen empezar siendo pequeños y se hacen más grandes y dolorosos con el tiempo. Empeoran si se usan zapatos demasiado apretados. Pueden enrojecerse e hincharse. También puede sentir una sensación de ardor o adormecimiento. Los juanetes a veces son hereditarios. También pueden afectar a personas con otras enfermedades articulares como la artritis reumatoide.
En la mayoría de los casos, los juanetes se pueden tratar con zapatos que se ajusten mejor, almohadillas para los juanetes o plantillas para los zapatos (plantillas ortopédicas). Puedes ponerte hielo en el pie para reducir la hinchazón y tomar analgésicos de venta libre. Si nada de esto ayuda, es posible que tengas que operarte para realinear los dedos.
Bursitis
Las bursas son sacos llenos de líquido que ayudan a amortiguar las articulaciones. Cuando estos sacos se irritan, duelen y se hinchan, los médicos lo llaman bursitis. Esto puede afectar a cualquier articulación, incluidas las de los dedos del pie. A veces, un juanete puede provocar bursitis.
Puedes tomar analgésicos de venta libre para aliviar el dolor y ponerte hielo en el pie para reducir la hinchazón. Si esto no funciona, el médico puede ponerte una inyección de cortisona para aliviar la inflamación y el dolor. Si la bursitis no mejora, es posible que haya que operar.
Callos
Estos callos suelen ser el resultado de la fricción entre tu dedo y un zapato mal ajustado. Al caminar, los dedos empujan contra el zapato y ejercen presión sobre la piel. La superficie de la piel se engrosa e irrita el tejido que hay debajo. Se forman callos duros en los dedos de los pies. Los callos blandos se forman entre los dedos de los pies cuando se rozan. Parecen llagas abiertas.
Un médico puede recortar la piel engrosada o utilizar medicamentos para eliminar los callos. Las plantillas de los zapatos (plantillas ortopédicas) también pueden ayudar. Es poco frecuente, pero si la causa de los callos es un hueso desalineado, es posible que haya que operar para solucionarlo.
Espolones óseos
A medida que envejece, o si tiene artrosis, el cartílago de las articulaciones de los dedos del pie puede romperse. Cuando esto ocurre, puede formarse un depósito óseo en su lugar. Este hueso sobrante o espolón óseo suele formar una protuberancia en la base del dedo gordo. Su médico llamará a esta afección hallux rigidus. El dedo puede ponerse rígido, hincharse y doler cuando se empuja para dar un paso.
Si los medicamentos de venta libre y el hielo no alivian el dolor y la inflamación, el médico puede ponerte una inyección de cortisona. También puede sugerirte un baño de contraste, en el que sumerges el pie durante 30 segundos en agua tan fría como puedas soportar y luego otros 30 en agua tan caliente como puedas soportar. Deberías cambiar a un calzado con puntera ancha, o tu médico podría darte una bota especial para que la uses.
Si el pie no mejora, hay tres tipos de cirugía para los espolones óseos:
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La queilectomía trata el daño leve eliminando el espolón y parte del hueso del pie para que el dedo tenga más espacio para doblarse.
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La artrodesis, que fusiona los huesos, es para daños más graves.
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La artroplastia sustituye por completo la articulación del dedo del pie.
Gota Tophi
La gota es un tipo de artritis inflamatoria. Se produce cuando el ácido úrico se acumula y forma cristales que se acumulan en las articulaciones y causan dolor. La gota puede afectar a cualquier articulación, pero el lugar más común para un brote es el dedo gordo del pie. A veces los cristales de ácido úrico forman protuberancias visibles en las articulaciones. Los médicos los llaman tofos de gota. Esto suele ocurrir en personas que han tenido gota durante algún tiempo. Es poco frecuente, pero si un tofo sigue inflamado a pesar de un tratamiento prolongado para reducir los niveles de ácido úrico, un cirujano puede extirparlo.
Nódulos reumatoides
Las personas con artritis reumatoide (AR) a veces presentan nódulos reumatoides en sus articulaciones. Estos bultos suelen aparecer en los dedos y nudillos, los codos, las rodillas y la parte posterior de los talones. Pueden ser firmes o blandos. Varían del tamaño de un guisante a una nuez. Los nódulos no suelen doler, pero puede parecerlo si la articulación cercana se resiente durante un brote de AR. No está claro cuál es su causa, pero es más probable que afecten a personas que llevan mucho tiempo con artritis reumatoide.
No es necesario tratar la mayoría de los nódulos. Pero si le duelen o crecen alrededor de un nervio, su médico puede administrarle una inyección de esteroides o realizar una intervención quirúrgica para extirpar el nódulo.
Cuándo acudir al médico
Los dedos de los pies tienen un gran trabajo. Nos ayudan a caminar y a mantener el equilibrio sobre nuestros pies. Por eso, si tú o alguien a quien quieres tiene un problema en los dedos, merece la pena que un médico le eche un vistazo.