¿Quieres que tus hijos coman alimentos saludables? Cree un hogar nutritivo. Empieza por aquí.
Crear un hogar nutricional es uno de los pasos más importantes que puedes dar para garantizar la salud de tu hijo. Para empezar, elija alimentos inteligentes y ayude a su hijo a desarrollar una relación positiva con la comida sana. Tus hijos aprenderán su inteligencia alimentaria de tu ejemplo.
Estos son los 10 mejores consejos para conseguir que los niños coman alimentos saludables, ofrecidos por la doctora Melinda Sothern, coautora de Trim Kids y directora del laboratorio de prevención de la obesidad infantil de la Universidad Estatal de Luisiana:
No restrinja la comida. Restringir la comida aumenta el riesgo de que su hijo pueda desarrollar trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia más adelante. También puede tener un efecto negativo en el crecimiento y el desarrollo.
Tenga a mano alimentos saludables. Los niños comerán lo que esté a su alcance. Ten la fruta en un cuenco sobre la encimera, no enterrada en la sección de crujientes de tu nevera. Y ten una manzana para tu propia merienda. "Tus acciones gritan más que cualquier cosa que les digas", dice Sothern. Recuerda que tu hijo sólo puede elegir los alimentos que tú tienes en casa.
No etiquetes los alimentos como "buenos" o "malos". En su lugar, vincule los alimentos a las cosas que le interesan a su hijo, como los deportes o la apariencia. Hágale saber a su hijo que las proteínas magras, como el pavo, y el calcio de los productos lácteos dan fuerza a su rendimiento deportivo. Los antioxidantes de las frutas y verduras dan brillo a la piel y al cabello.
Elogie las elecciones saludables. Sonría a sus hijos con orgullo y dígales lo inteligentes que son cuando eligen alimentos saludables.
No regañes por las elecciones poco saludables. Cuando los niños elijan alimentos poco saludables, ignórelos. O si su hijo siempre quiere alimentos grasos y fritos, redirija la elección. Puede probar a asar palitos de patata en el horno (con un poco de aceite) en lugar de comprar patatas fritas. O, si su hijo quiere dulces, puede preparar fresas frescas bañadas en un poco de salsa de chocolate. ¿Demasiado ocupado? Entonces ten en casa fruta seca naturalmente dulce para meriendas rápidas.
Nunca utilices la comida como recompensa. Esto podría crear problemas de peso en la vida posterior. En su lugar, recompense a sus hijos con algo físico y divertido, tal vez una excursión al parque o un juego rápido de pelota.
Sentarse a cenar en familia por la noche. Si esto no es una tradición en tu casa, debería serlo. Las investigaciones demuestran que los niños que cenan en la mesa con sus padres tienen una mejor nutrición y son menos propensos a meterse en problemas serios cuando son adolescentes. Empieza con una noche a la semana, y luego ve aumentando hasta tres o cuatro, para ir creando el hábito poco a poco.
Prepara platos en la cocina. Allí puedes poner porciones saludables de cada cosa en el plato de cada uno. Tus hijos aprenderán a reconocer el tamaño correcto de las porciones. ¡Y puede que a ti también te queden mejor los pantalones!
Dale a los niños un poco de control. Pida a sus hijos que tomen tres bocados de todos los alimentos de su plato y que le pongan una nota, como A, B, C, D o F. Cuando los alimentos saludables -especialmente ciertas verduras- obtengan una alta puntuación, sírvalos con más frecuencia. Ofrezca con menos frecuencia los alimentos que no les gustan a sus hijos. Esto permite a sus hijos participar en la toma de decisiones. Al fin y al cabo, cenar es un asunto familiar.
Consulta a tu pediatra. Hable siempre con el médico de su hijo antes de ponerle a dieta, de intentar ayudarle a ganar peso o de hacer cualquier cambio significativo en el tipo de alimentos que come. Nunca diagnostique a su hijo como demasiado pesado, o demasiado delgado, por usted mismo.
"Se trata de cambios graduales, no son de la noche a la mañana, y es una batalla cuesta arriba para los padres", dice Sothern a la doctora. "Todo lo que hay fuera de casa intenta que los niños tengan sobrepeso. En cuanto salen de casa, hay gente que intenta que coman demasiado y que les sirva demasiado."
Pero la inteligencia alimentaria que tus hijos aprenderán de ti puede protegerlos durante toda la vida.