Las uñas artificiales de acrílico, gel y seda pueden hacer que tus manos tengan un aspecto estupendo, pero pueden ser duras para tus uñas reales. Averigua qué puedes esperar y cómo evitar problemas.
Esto es lo que debes saber antes de ir al salón de belleza o a la farmacia.
Tipos de uñas
Hay dos tipos principales de uñas artificiales: las acrílicas y las de gel. Un tercer tipo, llamado de seda, suele utilizarse para arreglar las uñas dañadas o para fortalecer las puntas de las uñas.
Acrílicas. Este material plástico es la opción más popular. Forma una cáscara dura cuando se mezcla un polvo con líquido y se aplica con un pincel sobre las puntas de las uñas pegadas. Hay que limar las uñas naturales para que sean lo suficientemente ásperas como para que las puntas de las uñas se adhieran a ellas.
Como tus uñas reales crecen constantemente, con el tiempo verás un pequeño hueco entre la cutícula y la uña acrílica. Tendrás que volver al salón de manicura cada 2 ó 3 semanas para rellenar los huecos, o hacerlo tú misma. Los productos químicos del relleno y el limado pueden debilitar tus uñas reales.
Si ya tienes una infección por hongos, las uñas artificiales pueden empeorarla o provocar otros problemas.
Geles. Son más caros y duran más que los acrílicos. El gel se aplica como un esmalte normal. A continuación, se ponen las uñas bajo una luz ultravioleta (UV) para endurecer el gel.
La luz ultravioleta puede provocar daños en la piel, como arrugas y manchas de envejecimiento. Un exceso de luz UV puede provocar cáncer de piel. Pero no se han registrado casos de cáncer de piel causados por las lámparas UV de los salones de manicura, ni siquiera entre las manicuristas que trabajan cerca de las luces todo el día.
Posibles problemas
Las uñas artificiales pueden ser duras para las reales. Los problemas a los que debes prestar atención son:
Reacción alérgica: Los productos químicos utilizados para colocar o quitar las uñas artificiales pueden irritar tu piel. Es posible que veas enrojecimiento, pus o hinchazón alrededor de las uñas.
Infecciones bacterianas o fúngicas. Si se golpea la uña artificial contra algo, puede desprenderse la uña real del lecho ungueal. Los gérmenes, la levadura o los hongos pueden entrar en el hueco y crecer. Una infección bacteriana puede hacer que las uñas se vuelvan verdes. Los hongos en las uñas, por otro lado, comienzan con una mancha blanca o amarilla en las uñas. La uña puede engrosarse con el tiempo, y puede desmoronarse en los casos graves. Acude a tu médico si sospechas de alguna infección.
Uñas debilitadas. Para eliminar las uñas acrílicas o de gel, sumerge los dedos en acetona durante 10 minutos o más. Este producto químico reseca mucho las uñas reales y puede irritar la piel. Algunas uñas artificiales deben limarse. Eso puede hacer que tus uñas naturales sean delgadas, frágiles y débiles.
Lo que puedes hacer
Si te gusta el aspecto de las uñas artificiales, estos consejos pueden ayudarte a disfrutar de ellas con más seguridad.
-
Si ya has tenido hongos en las uñas, aléjate de las uñas artificiales. No las use para encubrir los problemas de las uñas.
-
Consigue uñas que puedan ser remojadas en lugar de limadas.
-
Pide a tu manicurista que no corte ni empuje demasiado las cutículas. Ayudan a protegerse de las infecciones.
-
Elige un salón que endurezca el esmalte en gel con luces LED, que tienen menores cantidades de luz UV. Aplícate un protector solar de amplio espectro (UVA/UVB) en las manos antes de ponerte bajo las luces.
-
Utiliza crema hidratante en las uñas, sobre todo después de sumergirlas en acetona.
-
Tómate un descanso de las uñas artificiales cada dos meses. Esto permite que tus uñas reales respiren y se curen de la exposición química.