Al igual que la capa de base en la pintura, las bases de maquillaje crean una primera capa suave. A continuación te explicamos cómo utilizarlos correctamente.
Piensa en estos productos como la imprimación que usarías para pintar una casa. El objetivo es el mismo: rellenar las protuberancias, los bultos y los puntos desiguales para que lo que te pongas después empiece sobre una superficie lisa y uniforme. En el caso del rostro, se trata del corrector, la base de maquillaje o los polvos.
Muchas mujeres consideran que las imprimaciones son especialmente útiles en el contorno de los ojos, donde las líneas de expresión pueden ser más prominentes cuando el maquillaje se asienta en las hendiduras, así como en las zonas con poros dilatados. Cuando se utiliza una imprimación en zonas que tienden a ser grasas, como el párpado, el maquillaje tiende a adherirse mejor y a durar más. Además, una fina capa de imprimación por todo el cuerpo puede ayudar a que el maquillaje se mantenga.
Otra ventaja de la imprimación: tanto si tu piel es grasa como seca, propensa al acné o sensible, puedes usar una imprimación, ya que la hidratación que aporta viene de la silicona, no del aceite.
Cómo utilizar las imprimaciones de maquillaje
Aplica estos productos con moderación. Definitivamente, menos es más. Después de aplicar el protector solar y una crema hidratante, viene la imprimación. Utiliza tu dedo para aplicar sólo los toques más finos alrededor de tus puntos problemáticos. De este modo, crearás una película muy fina, pero podrás difuminarla tanto como quieras.
Por último, dado que las imprimaciones tienen un poder de permanencia, lávate bien la cara cada noche. Considera la posibilidad de utilizar un cepillo de limpieza electrónico, que limpia tu rostro de forma suave pero eficaz. Pero cualquier limpiador y el agua también funcionan.
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