¿Qué es lo normal para un bebé recién nacido? Comer, dormir, llorar, usar pañales y jugar

Desde las siestas hasta los pañales y los juegos, esto es lo que puedes esperar de tu nuevo bebé, desde la mañana hasta la noche.

A medida que vayas conociendo a tu bebé, aprenderás sus señales y el horario que mejor le va. Pero desde el sueño hasta los pañales y las comidas, hay algunos aspectos básicos que puedes esperar de tu recién nacido.

Comer

La mayoría de los recién nacidos querrán comer cada hora y media o tres horas y media. Su horario de alimentación suele depender de si le das el pecho o la leche de fórmula. Los bebés amamantados suelen comer más a menudo que los que toman leche artificial, porque sus estómagos digieren la leche materna más rápidamente.

Los bebés pueden indicar que tienen hambre de muchas maneras. Pueden hacer movimientos de succión, meterse las manos o los dedos en la boca, o puedes notar que tu bebé gira la cabeza hacia ti y abre la boca si le acaricias suavemente la mejilla. Los bebés lloran cuando quieren comer, pero suele ser una señal tardía de hambre.

Intenta que tu bebé eructe durante y después de la toma. Si deja de comer y se queda dormido, o aparta la cabeza del biberón, es un buen síntoma de que se ha saciado. Si llora hacia el final, puede significar que tiene ganas de más. Y ten a mano el paño para eructar: la mayoría de los recién nacidos escupen después de las tomas de vez en cuando.

Pañales

Los recién nacidos mojan seis o más pañales y hacen cuatro o más cacas al día.

Durante la primera semana aproximadamente, las cacas de tu bebé tendrán un aspecto espeso y negro o verde oscuro. Se trata del meconio, la sustancia que llenaba sus intestinos antes de nacer. Una vez que haya salido del organismo, las cacas se volverán blandas y líquidas. Si les das el pecho, tendrán cacas amarillentas y con aspecto de semillas. Si se alimentan con leche artificial, serán más firmes y de color bronceado o amarillo.

Al cabo de unas semanas, las cacas disminuyen. Los bebés amamantados pueden pasar una semana con una sola deposición, mientras que los alimentados con leche artificial deben hacer caca al menos una vez al día.

Llanto

El llanto es la principal forma de comunicación de los bebés, especialmente en sus primeros días. Los llantos pueden ser difíciles de descifrar, pero puedes pensar en su horario o en el entorno para averiguar qué le pasa. Si han pasado dos horas desde la última vez que comió, es muy probable que tenga hambre. Si lleva una hora y media despierto, es probable que le haga falta una siesta. Los bebés también pueden aburrirse o sobreestimularse.

Si no es hora de darle de comer y tiene el pañal seco, puedes probar otras formas de calmarlo:

  • Envuélvelos en una manta grande y fina, para imitar cómo estaban acurrucados en el útero.

  • Acurrúcalos... contra tu pecho y dales unas suaves palmaditas en la espalda.

  • Mézcalos, camine o hágalos rebotar.

  • Ve a un lugar tranquilo y enciende un sonido calmante, como un ventilador o una máquina de ruido blanco.

  • Ofréceles un chupete, o ayúdales a encontrar su dedo o pulgar para chupar.

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Dormir

Los bebés recién nacidos suelen cansarse después de estar despiertos sólo una o dos horas. Las primeras semanas, tu bebé dormirá unas 16 horas al día, normalmente en tramos de 2 a 4 horas, a cualquier hora del día o de la noche. Muchos se quedan dormidos mientras comen o maman, y eso está bien.

Los bostezos, los párpados caídos, la mirada ausente, las quejas y el frotamiento de los ojos son signos de que el bebé tiene sueño.

Pon a tu hijo siempre boca arriba para dormir, sobre una superficie firme, sin nada más en la cuna o el moisés, sólo un colchón con una sábana bien ajustada.

Al final del primer mes, los recién nacidos empiezan a encajar su sueño en períodos más largos. Pero habrá que esperar unos meses más para que tu bebé adopte un patrón predecible de siesta matutina, vespertina y vespertina, y un tramo de sueño más largo por la noche.

Jugar a

Entre las comidas, el sueño y los cambios de pañales, los recién nacidos tienen breves períodos en los que están despiertos y alerta. Es un buen momento para jugar con ellos. Tu bebé está aprendiendo el sonido de tu voz, la visión de tu cara y tu tacto. Sonríe, cántale, léele y háblale, balancéate con él... al ritmo de la música, ponle caras divertidas para que las imite y ofrécele objetos interesantes para que los sienta y los mire. A esta edad, los bebés no necesitan juguetes: tu cara y tus ojos, tus manos y tus pies, y objetos sencillos como un sonajero, un espejo inastillable o un pañuelo de colores le ofrecerán mucho entretenimiento.

También es el momento de introducir a tu bebé en el tiempo boca abajo. Unos minutos de juego sobre su barriga cada día le ayudarán a fortalecer los músculos de la cabeza y el cuello y a trabajar la coordinación que necesita... para darse la vuelta y gatear, algunos de los próximos grandes hitos que alcanzará.

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