Para estar en forma, nada como un pez

Un chapuzón refrescante en un caluroso día de verano es una forma estupenda de ponerse en forma y mantenerse en forma.

La natación es un ejercicio fácil para el cuerpo y una forma estupenda de ponerse en forma. Los ejercicios acuáticos son cardiovasculares y de fortalecimiento, todo en uno, y son un gran ejercicio para el clima cálido. ¿A qué niño no le gusta nadar?

El ejercicio acuático es una de las mejores actividades de fitness sin impacto, según el American Council on Exercise. Casi todo el mundo puede nadar o ejercitarse en el agua, incluidas las mujeres embarazadas, los ancianos, las personas con sobrepeso y las personas con artritis o discapacidades físicas.

¿Qué tiene de bueno nadar? La flotabilidad del agua reduce tu peso en un 90%. Eso hace que las articulaciones, los huesos y los músculos sufran menos tensión. Por eso la piscina es un lugar ideal para que las personas con artritis o problemas de espalda hagan ejercicio.

Al nadar, se involucran los principales grupos musculares: hombros, espalda, abdominales, piernas, caderas y glúteos. Como el agua ofrece una resistencia 12 veces mayor, el ejercicio en el agua ayuda a desarrollar la fuerza. El ejercicio acuático también fortalece el corazón.

Si lo haces bien, la natación también puede ayudarte a perder peso. Pero tienes que esforzarte porque es más difícil perder peso nadando que, por ejemplo, corriendo. Para conseguir el efecto deseado, esfuérzate durante breves periodos de tiempo y luego baja a un nivel menos intenso. Se trata de un entrenamiento por intervalos, como el que se realiza al caminar.

Cómo iniciarse en el fitness acuático

Consulte con su YMCA local o con un club de salud para obtener una clase de natación. Un grupo de natación "master" es aquel que es para personas mayores de 20 años -- así que no te dejes intimidar por el nombre.

Siéntete cómodo metiendo la cara en el agua. Practica ejercicios de natación con una tabla. A continuación, empieza a aprender las técnicas de natación adecuadas. Conseguir el ritmo de las brazadas y la respiración puede ser complicado al principio. Pero los entrenadores te lo explican y te ayudan a conseguirlo poco a poco.

Si acabas de empezar a nadar, empieza poco a poco. Intenta nadar durante 10 minutos. Aumenta el entrenamiento acuático de 30 minutos, de tres a cinco veces por semana.

La piscina es un lugar estupendo para hacer un buen ejercicio, y para volver a sentirse como un niño. No tengas miedo de dar el paso.

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