Muchas personas con TDAH tienen un tipo de concentración intensa llamada hiperfocalización. el doctor muestra cómo evitar que te complique la vida y cómo puedes beneficiarte de ella.
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El TDAH puede hacer que te resulte difícil ignorar las distracciones y mantenerte concentrado. Pero la otra cara del trastorno por déficit de atención e hiperactividad es que puede hacer que te concentres tan intensamente que bloquees todo lo demás. Es lo que se llama hiperconcentración. Por ejemplo, no te das cuenta de que las horas pasan volando mientras trabajas en un proyecto o practicas con el piano. Algunas personas lo llaman "entrar en el flujo".
¿Quién lo consigue?
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Cualquiera puede caer en el modo de hiperfocalización. Pero los expertos dicen que es más común -y ocurre más a menudo- en las personas con TDAH. Puede deberse a que sus cerebros son menos sensibles a una sustancia química llamada dopamina, que está relacionada con la recompensa y la atención. Los circuitos cerebrales defectuosos pueden facilitar la distracción y la hiperconcentración. ?
Los inconvenientes de la hiperconcentración
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Cuando te enfrascas demasiado en una tarea, esa visión de túnel puede interponerse en el resto de tu vida. Te metes en el ordenador para comprobar algo y acabas perdiendo horas en internet. Eso puede hacer que llegues tarde a una entrevista de trabajo o que te pierdas un evento familiar. Esto puede tensar tus relaciones o perjudicar tu carrera. Pero puedes aprender a frenar tu hiperfocalización e incluso convertirla en una ventaja.
Las ventajas
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Algunas personas llaman a la hiperconcentración el superpoder del TDAH. Como estás tan absorto en una tarea, puedes hacer más cosas más rápido. También puedes mejorar en ella. Jugar a un videojuego con hiperconcentración, por ejemplo, puede ayudarte a conseguir altas puntuaciones. La clave es canalizar esa atención hacia objetivos útiles.
Entrena tu hiperfocalización
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No puedes activar y desactivar tu rasgo. Pero puedes aprender lo que te hace concentrarte en ciertas cosas. Un ejemplo: es probable que sólo te pierdas en actividades que te resulten interesantes. En otras palabras, puedes preparar el escenario -o no- para entrar en el modo de hiperfocalización.
Identifica tus desencadenantes
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Toma nota de lo que te llama la atención y te hace desconectar. Puedes desperdiciar un día entero comprando en Internet o investigando trivialidades históricas? Esto puede ayudarte a detectar lo que desencadena tu hiperfocalización. Una vez que lo sepas, podrás tomar medidas para controlarlo.
Alerta a tus amigos y familiares
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Es posible que otras personas no sepan o no entiendan la facilidad con la que puedes caer en un agujero negro. Explícaselo y pídeles apoyo. Ayúdales a que te ayuden a salir de él. Para muchos, una palmadita en el hombro funciona mejor que llamarte por tu nombre.
Calcula bien el tiempo
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La hiperconcentración te hace perder la noción del tiempo. Para evitar conflictos, aléjate de tus desencadenantes antes de acostarte y de las citas. ¿Estás intentando concentrarte en una tarea? Planea abordarla cuando tiendes a tener más energía. Si eres madrugador, trabaja en ese proyecto a primera hora de la mañana. Es el momento en que su cerebro puede concentrarse más fácilmente.
Recarga
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Si te encuentras en hiperfocalización, pregúntate: ¿Es útil lo que estoy haciendo? Si la respuesta es no, es hora de seguir adelante. Pero puede ser difícil romper la concentración. Mueve tu cuerpo para redirigir tu cerebro. Haz unas cuantas flexiones, sal a caminar o simplemente lávate los dientes. Cambiar de lugar también puede ayudar, así que vete a otra habitación.
Sigue el rastro de ti mismo
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Antes de empezar un proyecto, decide cuánto tiempo quieres dedicarle. Después, pon una alarma como recordatorio para parar. También puedes pedirle a un familiar o amigo que te controle. Una vez que entras en el modo de hiperconcentración, tu cerebro tarda en cambiar de marcha. Si tienes algo que hacer, incluye en tu agenda 15 minutos más para el tiempo de transición.
Elimine las distracciones
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La hiperconcentración durante un trabajo importante puede ayudarte a hacer más cosas mejor. Si ése es tu objetivo, evita desviarte. Una medida inteligente: Reúne todo lo que necesitas para ese proyecto antes de empezar. Así no tendrás que parar a mitad de camino. Además, apaga las notificaciones del correo electrónico, cierra la sesión de las redes sociales y silencia el teléfono.
Explica tus objetivos
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No siempre puedes controlar lo que te acaba absorbiendo. Puede que te pierdas en el diseño de una presentación en lugar de escribirla. O pasar horas profundizando en un tema secundario. Para no perder el rumbo, escribe tu objetivo. Incluye los pasos que debes dar para alcanzarlo. Si te ves desviado del camino, date 20 minutos para reconducirlo. ¿No puedes hacerlo? Pasa a otra tarea.
Incorpora descansos
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Los descansos regulares pueden ayudar a refrescar tu cerebro. También te dan un tiempo para comprobar que te mantienes en la tarea. Puedes elegir un tiempo determinado, por ejemplo cada 45 minutos, o detenerte en ciertos hitos. Por ejemplo, levántate cuando termines un nivel de un videojuego o un capítulo de un libro. Da un paseo o haz una tarea en otra habitación. Esto puede ayudarte a salir del hechizo de la hiperconcentración.
Anótalo
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Tener TDAH puede hacer que sea difícil hacer malabares con las tareas, o puede hacer que las hagas a trompicones. Si te tomas una pausa, puedes olvidar dónde retomar la tarea para volver a ponerte en marcha. Solución: Antes de levantarte, anota dónde te has detenido. ¿Estás haciendo los deberes de matemáticas? Anota la ecuación y explica cómo resolverla. Este marcador puede ayudarte a retomar donde lo dejaste.
Despierta tu interés
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Es difícil concentrarse en algo que no te gusta. Busca lo que te puede gustar de la tarea que tienes entre manos. ¿No te gusta cargar el lavavajillas? Conviértelo en un juego y coloca cada plato y vaso en la ranura perfecta.