El glaucoma de ángulo abierto es, con mucho, el tipo más común de glaucoma y una de las principales causas de ceguera. Aprenda si puede estar en riesgo de padecerlo, qué buscar y cómo tratarse.
El glaucoma de ángulo abierto suele afectar a personas mayores de 50 años. Suele aparecer en ambos ojos, pero uno no es tan grave como el otro.
No tiene cura y empeora con el tiempo. La clave es hacerse un chequeo y detectarlo a tiempo. Una vez que sepas que la tienes, puedes recibir medicamentos y cirugía para frenar su avance y salvar la vista.
¿Cuáles son las causas?
Tienes líquido dentro de los ojos que los mantiene sanos. A medida que entra nuevo líquido, el viejo tiene que salir. Ahí es donde entra el ángulo abierto.
El ángulo es el lugar donde la parte clara del ojo, la córnea, se une a la parte coloreada, el iris. Es importante porque allí se encuentra el sistema de drenaje del líquido ocular. Es como un colador con una red de agujeros diminutos que conducen a los tubos de drenaje de abajo.
En otros tipos de glaucoma, el ángulo es demasiado estrecho o está cerrado, por lo que el líquido no puede llegar al sistema de drenaje. Pero en este caso, el ángulo no es el problema. Está muy abierto, lo que es normal. En su lugar, hay una obstrucción o algún otro problema más profundo en el sistema. Su ojo también puede estar produciendo demasiado líquido, lo que provoca una obstrucción en el flujo de salida. Ambas cosas hacen que los fluidos drenen más lentamente, lo que aumenta la presión en el ojo.
En la mayoría de los casos, no está claro cuál es la causa de esa obstrucción o de que su ojo produzca más líquido de lo normal.
Qué le hace a tu ojo?
Al igual que en otros tipos de glaucoma, usted tendrá una presión más alta de lo normal en su ojo. Con el tiempo, esto daña el nervio óptico, el cable que envía la información del ojo al cerebro. Cuando el nervio se rompe, aparecen puntos ciegos. Es como un cordón deshilachado en una vieja lámpara que hace que la bombilla parpadee.
Pero la presión alta puede ser un poco difícil de precisar. No es como la presión arterial, donde la zona de peligro es clara. De hecho, aproximadamente 1 de cada 3 personas con este tipo de glaucoma tiene una presión normal en sus ojos, pero aún así tiene el nervio óptico dañado.
Esto es importante para el tratamiento. Significa que no hay un nivel de presión general que sea bueno para todos. Es específico para usted.
¿Quiénes tienen más probabilidades de padecerla?
Tus posibilidades aumentan en función de tu:
La edad. Afecta sobre todo a personas mayores de 50 años. Su riesgo aumenta a medida que envejece.
Los antecedentes familiares. Es más probable que la padezca si otros miembros de su familia la tienen.
La raza. Los afroamericanos y los hispanos la padecen con más frecuencia que los blancos. Suele afectar antes a los afroamericanos y hay más posibilidades de que provoque ceguera.
Algunas enfermedades también aumentan las probabilidades:
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Diabetes
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Una córnea delgada
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Una presión arterial alta
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Miopía, en la que sólo puedes ver las cosas cuando están cerca de ti
Cuáles son los síntomas?
No hay ninguno desde hace tiempo. Se denomina "ladrón de la vista" porque es posible que no te des cuenta de que la tienes hasta que está muy avanzada.
Al principio, empiezas a perder la visión periférica, lo que ves por el lado de los ojos. Es posible que no te des cuenta de lo que ocurre.
Más adelante, es posible que se pierda una escalera mientras camina o que note que faltan letras en las palabras cuando lee. También es posible que tengas algunos problemas de visión cuando conduzcas.
Cómo lo comprobará mi médico?
Empezarán con algunas comprobaciones básicas de la salud ocular. En primer lugar, te pondrán una gota anestésica, ya que en estas pruebas se utilizan instrumentos que tocan los ojos. A continuación, el médico:
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Comprueba tu presión ocular
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Busca un ángulo abierto
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Mide el grosor de su córnea
A continuación, es probable que te hagan un:
Examen ocular con dilatación, en el que se le aplica una gota para que la pupila se abra bien. Esto permite al médico ver el nervio óptico y comprobar su estado de salud.
Prueba de campo visual para comprobar su vista. Se repetirá a lo largo de los años para ver cómo cambia su visión.
Prueba OCT para realizar una exploración más profunda de su nervio óptico.
Cómo se trata?
No se puede arreglar el daño al nervio óptico ni los problemas de visión que le siguen. Pero sí se puede frenar el avance del glaucoma.
Esto se consigue reduciendo la presión del ojo, aunque parezca normal. Por lo general, cuanto más dañado esté el ojo, más baja debe ser la presión.
Se suele empezar con medicamentos, normalmente gotas para los ojos. Los dos más comunes son:
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Prostaglandinas: ayudan a que el líquido ocular drene mejor. Suelen ser la primera línea de tratamiento?
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Betabloqueantes: Hacen que tus ojos produzcan menos líquido.
Si las gotas por sí solas no hacen el trabajo, también podrías tomar una píldora. Suele ser un fármaco llamado inhibidor de la anhidrasa carbónica.
Terapia con láser. Si los fármacos no funcionan, el médico puede utilizar un láser para abrir las obstrucciones y ayudar a que los ojos drenen mejor. Puede hacerlo en su consulta.
Cirugía. Si la terapia con láser no ayuda, puede pasar a diferentes tipos de cirugía, como:
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Tubos de drenaje. El médico te coloca unos tubos diminutos en el ojo que drenan el líquido a un pequeño dispositivo. Se coloca en el ojo, donde nadie puede verlo, y ayuda a eliminar el líquido.
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Cirugía de filtrado. El médico te hace un pequeño agujero en el ojo. Es como una trampilla que nadie puede ver, y permite que el líquido salga.
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Cirugías de glaucoma mínimamente invasivas. Se trata de un conjunto de tratamientos más recientes. Suelen requerir pequeñas aperturas y utilizan dispositivos que no se ven a simple vista. Suelen ser más rápidas y seguras, pero no reducen tanto la presión. También pueden realizarse al mismo tiempo que otros procedimientos, como la cirugía de cataratas.
Se puede prevenir?
Lo mejor que puedes hacer es detectarla a tiempo y frenar su avance. Para ello, hágase exámenes oculares cada 1-2 años a partir de los 40 años. Después, cada año... una vez cumplidos los 65. Es importante que un oftalmólogo o un optometrista le revise los ojos con regularidad.