Diagnóstico y opciones de tratamiento de la epilepsia: Cómo controlar los síntomas de la epilepsia

médico explica cómo se diagnostica y se trata la epilepsia.

Para diagnosticar la epilepsia, su médico realizará una historia clínica detallada (incluyendo los antecedentes familiares de convulsiones), recogerá información sobre su comportamiento antes, durante y después del episodio, y le hará un examen físico. Asegúrese de que alguien que haya presenciado la crisis vaya al médico con usted.

Un electroencefalograma (EEG) -un estudio de las ondas cerebrales- puede revelar ondas cerebrales anormales características de la epilepsia. Mantener a alguien despierto durante 24 horas (privación del sueño) aumenta las posibilidades de encontrar anomalías en un EEG. Las pruebas de imagen, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada, pueden identificar anomalías cerebrales que pueden estar causando convulsiones.

Cuáles son los tratamientos para la epilepsia?

La epilepsia a menudo puede controlarse bien con una amplia variedad de medicamentos. Los enfermos de epilepsia deben llevar una pulsera de Alerta Médica para que otras personas puedan reconocer rápidamente lo que está ocurriendo durante una crisis y prestar una ayuda eficaz.

La cirugía se recomienda para la minoría de pacientes cuyas crisis no pueden controlarse con fármacos:

  • Los procedimientos más exitosos son aquellos en los que se identifica la zona del cerebro afectada y se extirpa quirúrgicamente.

  • Hay otras cirugías que consisten en desconectar vías entre partes del cerebro para evitar que la convulsión se extienda a otras partes del cerebro.

  • En la estimulación del nervio vago, se implanta bajo la piel un dispositivo que estimula electrónicamente el nervio vago (que controla la actividad entre el cerebro y los principales órganos internos), lo que reduce la actividad convulsiva en algunos pacientes...

  • También existe el dispositivo de neuroestimulación reactiva (RNS), que consiste en un pequeño neuroestimulador implantado dentro del cráneo, bajo el cuero cabelludo. El neuroestimulador está conectado a uno o dos cables (llamados electrodos) que se colocan en el lugar donde se sospecha que se originan las convulsiones dentro del cerebro o en la superficie del mismo. El dispositivo detecta la actividad eléctrica anormal en la zona y suministra estimulación eléctrica para normalizar la actividad cerebral antes de que comiencen los síntomas de las convulsiones.

El estrés puede aumentar la actividad convulsiva en algunas personas. Las técnicas de relajación, la biorretroalimentación y el yoga pueden ser útiles cuando se utilizan con la medicación.

La dieta cetogénica -un régimen rico en grasas y sin carbohidratos- se utiliza a veces para tratar a niños de entre 1 y 10 años que no han respondido a otros tratamientos. Para muchos niños, esto se traduce en menos convulsiones. Puede tener algunos beneficios a largo plazo, ya que algunos niños pueden dejar la dieta cetogénica después de varios años y seguir sin convulsiones. Se requiere una estrecha supervisión médica y la consulta con un dietista.

En la gran mayoría de los casos, las convulsiones pueden reducirse en frecuencia y gravedad, o eliminarse por completo, con medicación. Los efectos secundarios varían, pero la mayoría son leves. Hay muchos medicamentos anticonvulsivos. Algunos de los más recetados son el brivaracetam (Briviact), la carbamazepina (Tegretol), el cenobamato (Xcopri), el clobazam (Onfi), la eslicarbazepina (Aptiom), la etosuximida (Zarontin) y el felbamato (Felbatol). felbamato (Felbatol), fenfluramina (Fintepla), gabapentina (Neurontin), lacosamida (Vimpat), lamotrigina (Lamictal), levetiracetam (Keppra), oxcarbazepina (Oxtellar XR). (Oxtellar XR, Trileptal), perampanel (Fycompa), fenitoína (Dilantin), fenobarbital (Luminal), pregabalina (Lyrica), primidona (Mysoline), rufinamida (Banzel). topiramato (Topamax), estiripentol (Diacomit), tiagabina (Gabitril), ácido valproico (Depakote), vigabatrina (Sabril) y zonisamida (Zonegran). Además, el medicamento Epidiolex, elaborado a partir de cannabidiol (CBD), es una terapia para personas con convulsiones muy graves o difíciles de tratar.

Existe un número creciente de fármacos anticonvulsivos que pueden utilizarse solos o en combinación para tratar las crisis resistentes al tratamiento estándar.

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