Aprenda cómo puede mantener a su hijo seguro y cómodo si tiene una convulsión de inicio focal, que solía conocerse como convulsión parcial.
Cosas que hacer
Cuando una convulsión de inicio focal, que antes se llamaba convulsión parcial, comienza en tu hijo, sigue estos consejos:
Mantén la calma. Puede ser difícil al principio, pero se hace más fácil a medida que aprendes qué esperar. Mantener la calma te permite pensar con claridad, y verás que tu actitud se contagia. Tu hijo y cualquier otra persona que pueda estar cerca tomarán sus señales de ti. Así que habla con suavidad y ofrece mucha tranquilidad.
Acompaña a tu hijo. Las convulsiones pueden ser aterradoras, por lo que es importante estar presente. También ayudarás a prevenir lesiones durante una de ellas y a reconfortarle después. Además, podrá ver cómo se desarrolló la crisis y compartir esos detalles con el médico de su hijo.
Mantén la seguridad de tu hijo. Aparta cualquier peligro, como los objetos calientes, los muebles con bordes afilados o cualquier cosa con la que tu hijo pueda tropezar. Si anda por ahí, puede que tengas que actuar como una barrera móvil para alejarle de las escaleras, el tráfico o cualquier otra cosa perjudicial.
Intenta que tu hijo esté cómodo. Si es posible, guíe a su hijo hacia un lugar seguro para sentarse, pero no lo fuerce. Si lleva gafas, quíteselas si puede. Si tu hijo está en el suelo, intenta que se ponga de lado con la boca hacia abajo. Esto facilita la respiración y evita que se ahogue con la saliva.
Cronometre el tiempo. El tiempo que dura una convulsión y lo que tarda tu hijo en volver a la normalidad es una buena información para el médico. Además, una convulsión que dure más de 5 minutos es una emergencia. Si el médico le ha dado un medicamento de tratamiento de rescate para estos casos, deberá utilizarlo.
Ayuda a tu hijo a recuperarse. Después de una convulsión, lo último que quiere cualquier niño es una multitud de rostros ansiosos mirándolo. Cuando tengas las cosas bajo control, pide con calma a la gente que haga sitio. A continuación, comunique a su hijo lo que ha sucedido. Hazlo de forma sencilla. Dígale dónde está, que usted está allí y que está a salvo.
Lleva un registro. Cuando tu hijo empiece a tener convulsiones, anota todo lo que puedas sobre ellas. Si puedes, grabar un vídeo también puede ayudar al médico. Anote cosas como la hora del día, la duración del ataque y lo que ocurrió antes, durante y después. Intenta ser específico sobre los síntomas. Quizá notes que tu hijo gira la cabeza hacia un lado. Si ves alguna sacudida o espasmo, anota en qué lado del cuerpo se produjo.
Cosas que hay que evitar
Estas son algunas cosas que no debes hacer:
No pongas nada en la boca de tu hijo. La comida, el agua y las medicinas son peligros de asfixia. Espere a que su hijo vuelva totalmente a la normalidad antes de ofrecerle nada.
No grites ni hagas movimientos rápidos. Puede parecer amenazante o alarmante. Lo mejor es ir despacio, con calma y firmeza.
No sujete ni intente mover a su hijo. Si tu hijo deambula por ahí, intenta que la zona sea lo más segura posible. Muévelo sólo si está en peligro en el lugar donde se encuentra, por ejemplo, cerca de las escaleras o en el agua.
Estos dos últimos consejos son especialmente importantes para los niños que tienen crisis de conciencia alterada de inicio focal, que antes se llamaban crisis parciales complejas. Durante una de ellas, tu hijo puede no saber lo que está haciendo o lo que ocurre a su alrededor. Por eso, no sabes cómo responderá si le hablas o intentas tocarlo.
Si necesitas tocar a tu hijo por cualquier motivo, acércate suavemente desde un lado y háblale primero con suavidad. Querrás hacer todo lo posible para que no se sientan amenazados o alarmados.
Seguridad en el agua
Si tu hijo tiene una convulsión en el agua, sostén su cuerpo y mantén su cabeza por encima de la superficie. Intenta sacarlo del agua lo antes posible. E incluso si su hijo parece estar bien después, es inteligente que un médico lo revise.