El diagnóstico de la epilepsia requiere paciencia. No es algo que ocurra en una sola cita. Pero si se sigue el proceso, los médicos pueden averiguar si la epilepsia es la causa de sus ataques y tratar la enfermedad con medicación.
El hecho de que usted tenga epilepsia depende de sus síntomas antes, durante y después de un ataque. Dado que el médico probablemente no esté presente cuando usted tenga uno, le hará una serie de pruebas y muchas preguntas para llegar a un diagnóstico.
Para saber si tienes epilepsia y qué tipo tienes, tu médico te hará algunas o todas estas pruebas:
Electroencefalograma (EEG). Es la prueba más habitual. El médico le coloca unos sensores en el cuero cabelludo que registran la actividad eléctrica de su cerebro. Si observan cambios en su patrón normal de ondas cerebrales, eso es un síntoma. Muchas personas con epilepsia tienen EEG anormales.
Esta prueba se puede realizar mientras está dormido o despierto. El médico puede observarle en vídeo para grabar cómo reacciona su cuerpo durante un ataque. Esta prueba suele requerir una o dos noches de estancia en el hospital.
Tomografía computarizada (TC). Utiliza rayos X para crear imágenes de su cerebro. Esto puede ayudar al médico a descartar otras causas de las convulsiones, como tumores, hemorragias y quistes.
Análisis de sangre. También ayudan a descartar otras causas de las convulsiones, como afecciones genéticas o infecciones.
Resonancia magnética (RM). Permite al médico ver la estructura del cerebro. Puede mostrar el tejido dañado que provoca las convulsiones. Para la prueba, se tumbará en una mesa dentro de la máquina de IRM, que es como un túnel. El escáner toma imágenes del interior de su cabeza.
RMN funcional (fMRI). Este tipo de resonancia magnética muestra qué parte de su cerebro utiliza más oxígeno cuando habla, se mueve o realiza determinadas tareas. Eso ayuda a su médico a evitar esas zonas si tiene que operar su cerebro.
Espectroscopia por resonancia magnética (MRS). Al igual que la resonancia magnética, la ERM crea una imagen. Ayuda al médico a comparar el funcionamiento de las distintas partes del cerebro. A diferencia de la resonancia magnética, no muestra todo el cerebro a la vez. Se centra sólo en las partes del cerebro que el médico quiere estudiar más.
Tomografía por emisión de positrones (PET). Para esta prueba, el médico inyecta un material radiactivo en una vena del brazo. A continuación, se acumula en el cerebro. Esto ayuda a comprobar si hay daños al mostrar qué partes de su cerebro utilizan más o menos glucosa. La TEP ayuda al médico a ver los cambios en la química del cerebro y a detectar problemas.
Tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT). Esta prueba, que consta de dos partes, ayuda a su médico a averiguar dónde se inician los ataques en su cerebro. Al igual que con la PET, el médico inyecta una pequeña cantidad de material radiactivo en una vena para mostrar el flujo sanguíneo. Repetirá la prueba cuando no tenga convulsiones y comparará la diferencia entre las exploraciones.
Pruebas neuropsicológicas. El médico examinará sus habilidades de habla, pensamiento y memoria para ver si esas áreas del cerebro han sido afectadas por las convulsiones.
Preguntas que puede esperar
Su médico necesita aprender todo lo que pueda sobre sus convulsiones. Le harán preguntas sobre ellas y sobre su historial médico. Es conveniente que le acompañe alguien que le haya visto sufrir una crisis para que le ayude a responder a estas preguntas:
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Qué edad tenías cuando empezaron las convulsiones?
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¿Qué provoca las convulsiones? ¿Sucede cuando estás cansado, estresado o hambriento?
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Cómo se sentía, física y emocionalmente, antes de la convulsión?
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Notó algún olor o sabor extraño antes de que empezara?
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Durante la convulsión, ¿se desmayó o se sintió confuso?
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Murmuró o fue capaz de hablar?
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Cambió el color de su piel o su respiración?
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Se ha caído, se ha crispado o se ha quedado sin fuerzas?
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Cuánto tiempo ha durado?
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Cómo te sentiste al terminar? ¿Estabas cansado?
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Cuánto tiempo pasó hasta que volvió a sentirse normal?