Si tu hijo tiene muchas infecciones de oído, aquí te explicamos cómo utilizar un otoscopio para hacer un examen en casa y consejos sobre lo que debes buscar, si quieres comprobarlo antes de llevarlo al médico.
Si decides comprobar la existencia de una infección de oído en casa, asegúrate de hablar primero con el médico para asegurarte de que está bien y para que te oriente sobre el mejor instrumento que puedes comprar y cómo utilizarlo.
¿Qué es un otoscopio?
Es un instrumento que utilizan los médicos para ver el interior del oído. No hace falta ser médico para comprar o utilizar uno, pero no es tan sencillo como introducirlo en el oído de tu hijo y mirar a su alrededor.
El otoscopio viene con varias puntas, llamadas espéculos. Elige uno que sea ligeramente más pequeño que el orificio del oído de tu hijo. Si el orificio del oído es demasiado pequeño para la punta más pequeña, no intentes buscar una infección en casa.
Limpia el espéculo, a no ser que utilices uno desechable, y colócalo en el extremo de visión del otoscopio. Enciende la luz del instrumento.
Si tu hijo tiene más de 12 meses, tira suavemente del oído externo hacia arriba y hacia atrás. (Si tiene menos de 12 meses, tira suavemente de la oreja externa hacia atrás). Esto enderezará el canal auditivo y facilitará la visión del interior.
Sujeta el otoscopio por el mango con el dedo meñique extendido. Cuando el instrumento esté en el canal auditivo, el meñique debe apoyarse en la mejilla del niño. Esto evitará que se adentre demasiado en el canal auditivo y que se haga daño.
A continuación, introduce lentamente el espéculo en el oído de tu hijo mientras miras por el extremo del otoscopio. El canal auditivo es sensible, así que no presiones el instrumento ni lo empujes demasiado.
Mueve el otoscopio y el oído muy suavemente hasta que puedas ver el tímpano. Incline la pieza de visualización ligeramente hacia la nariz de su hijo, de modo que siga el ángulo normal del canal auditivo.
Hay que tener en cuenta dos cosas importantes:
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El oído es muy sensible, así que no seas brusco. Los niños tienden a retorcerse o a girar la cabeza para ver lo que ocurre, así que ten cuidado de no herir la oreja.
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Dígale a su hijo lo que está haciendo en cada momento. Pídele que te diga si te duele para que puedas sacar el otoscopio de inmediato.
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Como el canal auditivo no es recto, probablemente tendrás que mover el oído externo y el otoscopio unas cuantas veces para conseguir alinearlo y ver el interior. Esto será más fácil con la práctica. Es posible que desee probar en un adulto sano primero.
Signos de infección
Estas son algunas cosas que hay que buscar:
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Un tímpano rojo y abultado
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Líquido transparente, amarillo o verdoso detrás del tímpano. También puede haber algo de sangre.
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Acumulación de cera en el oído
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Un agujero en el tímpano (tímpano perforado)
Si nota alguno de estos síntomas, o no está seguro, llame al médico de su hijo. Los otoscopios caseros no suelen tener la calidad de imagen de los profesionales.